Esta es la semana previa a las elecciones generales del 28 de abril. Y
decisiva para el futuro de los partidos políticos con aspiraciones de gobernar
y para el presente más inmediato de España.
El primero de los debates televisados a cuatro cumplió las
espectativas. Era un clamor popular que tenía que hacerse con los principales
partidos políticos con representación parlamentaria a nivel nacional. Así fue después
de las dudas de Pedro Sánchez. Ha hecho
una campaña electoral tan blanda que no quería ni enfrentamientos ni desgaste.
Estuvieron los líderes de PP, PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos.
Pedro Sánchez estuvo muy crispado y a la defensiva en todo el debate
reivindicando lo mucho que dijo ha hecho su gobierno en 10 meses. El gobierno
más corto de la democracia española. Y leyó una serie de medidas, muchas de
ellas anunciadas por decreto después de la convocatoria de elecciones
generales, sin presupuesto y sin haberlas puesto en marcha. En diversos
instantes leyó sus políticas sociales a favor de la igualdad entre todos los
españoles.
Iglesias estuvo fuera del debate. Eso sí, dio una clase de derecho
constitucional como si estuviera delante de sus alumnos cuando daba clases en
la Universidad. Reivindico que los debates tenían que estar regulados por ley.
Mostró su obsesión contra Bancos y Eléctricas.
Casado estuvo flojo, dando una imagen de moderación lejos de su
discurso en el Congreso de los Diputados o durante la campaña electoral. Su equipo
dijo después del debate que es la imagen que quería dar, buscando hacer un debate
de guante blanco que pidió Sánchez los días previos al mismo y dando la imagen
moderada de una persona que aspira a gobernar España. Propuso muchas ideas de
su programa y recetas económicas que ya ha puesto su partido en práctica en
gobiernos anteriores con resultados positivos con reducción de impuestos y
creación de empleo.
Albert Rivera fue el que tenía más preparado el debate desde el minuto
uno con un alegato contra Pedro Sánchez, sus políticas y sus acuerdos con los
independentistas que marcó el debate. Fue de todos el que mostró más
iniciativas como líder de la familia y de los autónomos, como él se definió.
Del debate quedaron en el aire tres preguntas que se hicieron de forma
reiterativa que Pedro Sánchez no contesto. Rivera y Casado le preguntaron si
indultará a los independentistas protagonistas del golpe de estado en Cataluña
si el Tribunal Supremo los condena por rebelión; la segunda, realizada por
Iglesias, fue en relación a si quería un gobierno de coalición PSOE-Unidas
Podemos; a tercera, también de Iglesias, fue sobre si Sánchez pactará con
Ciudadanos para formar gobierno. Estas tres preguntas tampoco las ha respondido
Sánchez en el segundo debate, aunque dio a entender que no negociará con
Ciudadanos.
En las encuestas posteriores en todos los periódicos, salvo en el
Público, el primer debate lo ganó Rivera con contundencia.
El segundo debate ha sido bronco. Con acusaciones entre ellos y
hablando todos a la vez. Rivera dijo a Sánchez que es el candidato de Otegui y
de Torra. Iglesias le recriminó a Rivera que es un maleducado e impertinente.
Casado manifestó sentirse humillado por las palabras que le dijo Sánchez sobre
la violencia de género, añadiendo que Sánchez “es un peligro público para
España”. Sánchez ha llamado mentirosos a los otros tres candidatos cuando le
decían algo que no le gustaba y se ha sentido especialmente nervioso con Casado
y con Rivera. Un girigay ruidoso dando una imagen lamentable. Para esto se
podían haber quedado en casa, los cuatro. Aun así, el más conciliador ha sido
Iglesias. Quizá porque es el que más tiene que perder, ó ganar. Ha habido
propuestas de todos, pero con tantas interrupciones, se han desdibujado mucho
quedando algunos mensajes entrecortados.
Con la pregunta de quién ha ganado el segundo debate, haciendo un
repaso por los periódicos nacionales coinciden que el perdedor ha sido Sánchez
sin estar “tocado” y los otros tres están cerca del empate aunque distanciándose
Casado y Rivera - en este orden - de Iglesias.
A la salida del segundo debate, todos los candidatos sí han coincidido
en una cosa: hay que ir a votar el próximo domingo, se vote a quien se vote,
que nadie se quede en casa sin votar. Que así sea.
Este artículo se ha publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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