martes, 6 de noviembre de 2018

¿Qué busca Pablo?



En democracia se toman las decisiones a través  del juego de las mayorías. Depende para que, hacen falta unas mayorías u otras. De Pero Grullo, no he descubierto nada nuevo. Por esto, pretender tener un importante peso específico en la política española nacional con una representación parlamentaria tan pequeña, es ridículo. Se habrán ya dado cuenta que me refiero a Podemos.

Su actual líder: Pablo Iglesias Turrión (aunque ya muchas veces contestado por los suyos), nació el 17 de octubre de 1978. Sus padres estuvieron a punto de llamarlo Espartaco, como aquél esclavo tracio que dirigió la rebelión más importante contra la República romana. Ya desde la cuna hubiera llevado ese estigma que ahora se reivindica para sí mismo, revolucionar la política desde la izquierda. Para referirme a él, permitan que dibuje en palabras un breve perfil fruto de la lectura y de la observación de sus acciones. Es una persona preparada, no se puede negar, es Licenciado en Derecho y Doctor en Ciencias Políticas. Su segunda vocación, después de la política, es la de la comunicación, quizá por esto su afán de dominar el Consejo de Administración de RTVE... Su primer programa fue “la tuerka”, programación de televisión por internet. Es políglota, habla inglés, italiano, además del español y lee el francés. Leído, fue actor y emprendedor de teatro, quizá por esto cree que domina la escena política. Le gusta el baloncesto (qué cosas, a Sánchez también). Es forofo de series de televisión, como  Juego de Tronos.

Iglesias es heredero del 15M, movimiento ciudadano callejero que nació como una plataforma cívica y se convirtió después en un partido político, ante las críticas de algunos de sus propulsores iniciales. Es asambleario, se ha criado políticamente en la calle con un lenguaje populista de ultra izquierda con mensajes de fácil calado en la sociedad. Ha demostrado ser un provocador que maneja bien la imagen. Por un titular en los medios de comunicación hacen lo que haga falta como aquel beso en la boca a Xavier Domenech en el Congreso de los Diputados durante el debate de la moción de investidura de Sánchez, después de una intervención de Domenech. Fue una forma de llamar la atención y ser portada de todos los periódicos al día siguiente buscando notoriedad y que hablaran de ellos. Iglesias domina las redes sociales con mensajes populistas y provocativos que llegan a la gente. Es muy irrespetuoso con las instituciones del Estado, sobre todo con la Corona.

En la última semana ha buscado un protagonismo que no tiene, el pueblo español no le ha dado esa representatividad. Su partido es ahora socio del Gobierno primero en llevar a Sánchez a la Moncloa - junto con el apoyo de los partidos independentistas -, después formando un acuerdo de legislatura con el PSOE en el que  Podemos se compromete a votar en las Cortes a favor de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el 2019. Sin que nadie le invite, ó eso parece, Iglesias se ha erigido en mediador del Gobierno en una supuesta negociaición con los partidos nacionalistas e independentistas para que aprueben los PGE visitando a Junqueras en la cárcel y hablando por teléfono con Puigdemont, teniendo Pablo Iglesias unos postulados republicanos y a favor del derecho a decidir más cercano a los independentistas que al de los del propio Gobierno de Sánchez. Ante las incertidumbres que sus gestiones han creado en la sociedad, Pedro Sámchez ha manifestado que Iglesias no representa al Gobierno de España en las negociaciones por los PGE y que quien negocia con los diferentes partidos políticos para aprobar los PGE para 2019 sólo son los miembros del Gobierno e Iglesias no lo es. Si fuera así, si no es un mediador del Gobierno ¿para qué Pablo Iglesias se ha reunido con Junqueras y con Urkullu y ha hablado por teléfono con Puigdemont?. Si a Sánchez le genera preocupación lo que Iglesias vaya negociando por ahí con los presuntos delincuentes independestistas, imagínense lo mucho que preocupa al resto de la sociedad española. Y todo para un fracaso estrepitoso porque las negociaciones de Iglesias no han tenido el resultado que el buscaba: el compromiso de nacionalistas e independentistas de aprobar los PGE. Si En Común Podem (Podemos en Cataluña) reprueba al Rey en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona, genera más inseguridad al Gobierno de Sánchez tener un socio tan díscolo, y les preocupa, imaginen lo mucho que indigna en la gran mayoría de la sociedad española.

Iglesias parece que busca mayor visibilidad personal y un mayor rédito electoral de su partido. Es el político español de ámbito nacional peor valorado con un 3,11 %, incluso por debajo de Alberto Garzón ( IU) que tiene un 3,79%, según la valoración del CIS de este mes de octubre. En esta valoración Pedro Sánchez (PSOE) es el político mejor valorado con un 4,16%, seguido de Albert Rivera (Cs) con un 3,81 % y Pablo Casado (PP) con el 3,25 %. Ya ven, suspenden todos. No parece lógico que Iglesias suba puntos después de reunirse y hablar con presuntos delincuentes protagonistas de un Golpe de Estado y con políticos huidos de la Justicia que están fuera de España. ¿Se imaginan que Julio Anguita hubiera hablado de política y hubiera negociado los PGE con Tejero después de la participación de este en el Golpe de Estado de 1981?. No se lo imaginan, ¿verdad que no?.

Ese afán de protagonismo en la esfera nacional ¿tiene otros motivos además de los electoralistas?, ¿pretende crear un frente común de izquierdas republicanas para presentarse a las próximas elecciones generales, dejando fuera al PSOE?, ¿quiere calentar la calle proponiendo el derecho a decidir en Cataluña y un referéndum que no cabe en la Constitución española?, ¿quiere postularse en un frente contra la Corona, con las ya dichas manifestaciones pueriles y sin sentido comentadas a los mas media en cuanto tiene ocasión?.

El próximo mes de diciembre la Constitución española de 1978 cumple 40 años.  Ha sido el mayor periodo de paz en democracia en España, con una Monarquía Parlamentaria como modelo de Estado votada por los españoles con esta Constitución. Con este texto constitucional el pueblo español recuperó la Soberanía Nacional dentro del espíritu de concordia entre españoles durante la Transición española que Iglesias también cuestiona, incluso niega. Se olvida que  aquellos tiempos no son los actuales y que entonces no se podía hacer una ruptura brusca de la dictadura a la democracia. Iglesias sabrá de política, pero de historia suspende estrepitosamente. Y aunque muchas veces se diga que la historia se repite, el pueblo español es mucho más maduro que el de las primeras décadas del siglo pasado para caer en los mismos errores y no se repetirán acontecimientos dramáticos en España por mucha crsipación que haya en el Congreso de los Diputados entre los socios del Gobierno de Sánchez y los demás partidos políticos. Que así sea.




Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.

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