Quien me conoce bien sabe que soy muy goloso. Se me hace la boca agua
sólo de pensar lo que seguidamente les voy a contar. Tiene que ver con el
chocolate y unos bombones, con un viajero venido de centro Europa y las
ilusiones que acompañan a los protagonistas de este artículo.
Permitan que les cuente antes cuál es el origen del chocolate. Este es
de México. Como todo lo que viene de lejos, tiene su leyenda y esta cuenta que
el Dios Quetzalcoatl regaló el árbol de cacao a los hombres y mujeres de
aquellas tierras. Posteriormente, se le puso el nombre científico de Theobroma
Cacao que significa alimento de los dioses. El cacao fue un alimento muy
importante en la cultura azteca. Lo tomaban líquido y le añadían especias. Era
una bebida energética, oscura, espesa, que incluso utilizaron como moneda de cambio, a
la que llamaban “tchocolatl”. Este nombre evolucionó a chocolate. Después de la
conquista de América por los españoles (s. XV), estos lo introdujeron en España
y, posteriormente, en las Cortes europeas. En España se endulzó con caña de
azúcar y se aromatizó con canela, teniendo gran aceptación en la sociedad. A
finales del siglo XIX el chocolate pasa a hacerse también en estado sólido con
elaboraciones confiteras como los bombones, los pralinés, las barras de chocolate,
…
Hace unos días llegó a nuestra mesa en casa unos bombones Godiva,
belgas. Muy buenos, no puedo ocultárselo, e irresistibles a un paladar goloso.
No son unos bombones cualquiera. Godiva es la marca del chocolate más famoso e
internacional de Bélgica. Esta famosa marca nace en 1926 cuando se abre una
tienda en la Gran Plaza de Bruselas. Su fundador fue el ·chocolatier” Joseph
Draps. Para poner nombre a sus bombones se inspira en la leyenda de Lady
Godiva. Esta está basada en la Edad Media. Se remonta al siglo XI en Inglaterra
durante el reinado de Eduardo, llamado el confesor. Bajo la protección del Conde
Leofric, los habitantes de la villa Coventry se quejaban de los altos impuestos
exigidos por este Conde. Su bella esposa, Lady Godiva, soicitó a Leofric que bajara
los impuestos para aliviar las penurias de su pueblo. El Conde le propuso un reto que creyó
irrealizable. Lady Godiva tenía que recorrer totalmente desnuda las calles de
Coventry montada a caballo. Aceptó el reto, solicitando antes a los habitantes
de esa villa que se quedaran en sus casas para soportar mejor su verguenza de
cabalgar desnuda por sus calles. Posteriormente, el Conde no tuvo más remedio que aceptar el
sacrificio de su mujer y bajó los impuestos. Hoy, en las fiestas populares de
Coventry se recuerda a Lady Godiva. La marca de estos bombones es el dibujo de
una bella mujer desnuda montada a caballo.
Estos bombones Godiva son motivo de conversación y de degustación en
casa estos días gracias al obsequio de Alexander Vantournhout, Coreógrafo de
Danza Contemporánea belga, de reconocido prestigio internacional, quien nos
contó su experiencia en esta disciplina artística y sus proyectos más
inmediatos.
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