Algunos políticos españoles, especialmente los independentistas
catalanes, deberían recibir clases sobre Ciencias Políticas, incluso aprender a
escuchar y a leer. Verán a qué me refiero, sin ánimo de ofensa por supuesto. A
su vez, es inadmisible que no conozcan las normas básicas de convivencia que
tenemos todos los españoles, ignoren quienes son los poderes del Estado y
cuáles son los símbolos de España.
La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. El tan nombrado
sentido común catalán brilla por su ausencia en los políticos independentistas.
Parecen ser analfabetos en lo ajeno y en lo que está relacionado con lo propio.
No vale su excusa permanente amparada en su política frentista contra el
Estado.
España es una Monarquía parlamentaria en una democracia donde el Estado
de Derecho y la separación de poderes son nuestras señas de identidad. Para la
mayoría no sería necesario decir que los poderes del Estado son el político, el
legislativo y el judicial, pero atiendan los independentistas que parece no lo
tienen claro.
Este año España cumple 40 años de la Constitución de 1978, una norma de
convivencia que ha dado paz y prosperidad al pueblo español. Sin el Rey Juan Carlos, quien lideró la
transformación de España de la Dictadura a la Democracia, la historia sería
otra y seguramente mucho más convulsa. Sin la moderación de la Corona con
Felipe VI como su actual líder, los daños de la DUI hubieran sido mucho
mayores. Muchos hechos acaecidos a partir de esa fecha corroboran esta
afirmación, así como la de salvaguardar la imagen de España en el extranjero.
Los símbolos del Estado son la bandera roja y gualda, el himno español
y la Corona encarnada en la figura del Rey o de la Reina. Atentar contra
nuestros símbolos es atentar contra todos los españoles. Para atentar contra
ellos no hace falta la violencia, basta la palabra y los malos gestos.
Reprobar al Rey en el Parlament Catalán es inadmisible, inaceptable,
injustificable. Además, es una medida política y el Rey es ajeno al juego y a
las reivindicaciones políticas. Hacerlo es sinónimo de una chiquillada sin
sentido y no conocer el terreno que se pisa. No sirve para nada sino para abrir
más la brecha entre españoles constitucionalistas y los que no lo son.
Comparto las contundentes palabras de Pedro Sánchez, Presidente del
Gobierno, en su cuenta de Twitter nada más conocerse dicha reprobación: “Es
inadmisible la resolución votada esta tarde en el Parlament de Cataluña que
pretende rechazar y condenar al Jefe del Estado”. También es muy oportuno el comunicado del
Gobierno español. Desde Moncloa se resalta que el Jefe del Estado debe quedar
siempre fuera del debate partidista y anuncia medidas legales en defensa de la
legalidad, la Constitución y las Instituciones del Estado. Este comunicado va
más lejos y califica esta reprobación como “estravagancia jurídica” sin
fundamento legal y constitucional.
Y todo porque Felipe VI ejerció como Rey contra un Golpe de Estado. De
la misma manera que el Rey Juan Carlos se opuso al Golpe de Estado de Tejero en
un mensaje televisado a toda España, Felipe VI lo hizo contra el de Puigdemont.
No hay diferencia entre un Golpe de Estado y el otro salvo la indumentaria de
cada uno de sus protagonistas: militar y civil respectivamente. En una de sus primeras frases como Jefe del
Estado en su memorable discurso del 3 de octubre el Rey Felipe VI dijo que se
dirigía “a todos los españoles” añadiendo algunas frases después que “es
responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden
constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del
Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y el
Estatuto de Autonomía” animando a esos poderes a que ejercieran sus
prerrogativas. Posteriormente, dijo que se dirigía a “todos los catalanes”
añadiendo que “desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece
las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas
dentro del respeto a la ley”. Terminó su discurso “dirigido a todo el pueblo
español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la
Constitución y con la democracia”, resaltando su “entrega al entendimiento y la
concordia entre españoles”, y terminó manifestando su “compromiso como Rey con
la unidad y permanencia de España”.
Lean, lean, señores independentistas, también pueden escucharlo y verlo
en la web de Casa Real. Claro que no hay
más ciego que aquel que no quiere ver. Pues eso.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press
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