Busot tiene fama por varios cosas. Por sus manantiales y el agua
cristalina que sale de sus fuentes; por las Cuevas de Canelobre, que están
dentro de su término municipal; por su iglesia de San Lorenzo, una de las más
antiguas de la provincia de Alicante; por la hospitalidad de sus habitantes,
por su gastronomía; y, sobre todo, por su castillo al que se accede por una senda empinada con barandillas de madera.
En Busot, antiguamente llamada Bisant, aún queda sobre un cerro los
restos consolidados del castillo cuyo origen fue una fortaleza musulmana.
Originario del siglo XII, construido a base de mampostería y tapial quedan
murallas, torre y aljibe. De planta poligonal, desde sus almenas se ve una
amplia extensión de tierra y las siluetas de los castillos de Santa Bárbara en
la ciudad de Alicante y el de Jijona.
Su importancia histórica tiene dos fechas fundamentales: el 26 de marzo
de 1244 se firma el Tratado de Alzmira donde se pactan la partición de los
terrenos conquistados ó los que se preveían iban a conquistar a los moros entre el Reino de Castilla y el de Aragón. Busot fue reconquistado a los moros
por el rey Alfonso X el sabio en 1252. Desde este momento es un enclave
fronterizo entre los dos Reinos.
En el 1298 Busot pasa a estar sometida al Reino de Valencia incluido en la Corona de Aragón. Con los Reyes
Católicos, el castillo pasa a manos de Pedro Martínez de Vera. A este personaje
se le atribuye la recuperación de las alhajas de la Corona empeñadas en
Orihuela para emplearlas en la conquista de Granada. Los descendientes de
Martínez Vera mantuvieron sus derechos sobre Busot durante la Edad Moderna. En
1773 Busot deja de depender de Alicante.
En el año 2010 se realizaron unos trabajos arqueológicos en el castillo
con la consolidación de la torre noreste. Estos trabajos desentierran material
arqueológico de los siglos XVII y XVIII. En 2017 se obró para que pudiera verse
el perfil del recinto interior con la adecuación de un sendero que se adaptara
al terreno, se resolvió la subida a la torre noreste, se restauró la muralla y
torre norte, además de consolidarse los volúmenes existentes.
Desde el castillo hay una vistas extraordinarias hacia el mar y hacia
tierra adentro. El Cabeço d´Or destaca en el circo de montañas de su entorno.
A los pies del castillo, nació y se desarrolló Busot, una pequeña
población de corte medieval en el que las casas de tejados a dos aguas, una
apiñada a la otra, se asientan en las faldas de los dos cerros que componen la
población, el del Castillo y el del Calvario. Hoy todo el casco histórico está
peatonalizado como lo debió de estar antaño ajeno al paso rodado. En su casco urbano destacan las zonas verdes y de recreo como el Parque del Lavadero, donde se
lavaba la ropa cuando no había ni electricidad ni electrodomésticos.
Caminando por su calles, después de visitar la iglesia de S. Lorenzo -
que nos ha sorprendido por su noble fábrica - y de observar la curiosa fachada
de su Ayuntamiento, el restaurante Ca Tono es nuestro destino. En un salón
cubierto por un techo con vigas de madera nos
comentan sus tres especialidades: olleta alicantina con arroz y alubias, cocido
con pelotas, y gazpacho manchego con liebre y perdiz. Después de unas entradas,
nos decantamos por el gazpacho manchego. Los postres caseros: nube de almendra,
flan de chocolate negro, flan de chocolate blanco, flan de turrón, apetece
probarlos todos ... Las viandas y un excelente servicio nos invita a volver en
otra ocasión.
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