Una placa de cerámica me revive la necesidad de acercarme a la figura de una persona universal, alicantina de cuna, que le da nombre. Una placa que conmemora que hace cien años, en septiembre de 1909, a Rafael Altamira se le nombró hijo adoptivo de San Juan. El Ayuntamiento de Alicante le había nombrado Hijo Predilecto en mayo del mismo año, recibiendo otros homenajes similares en los Ayuntamientos de San Vicente del Raspeig, Elche y Campello.
plaza del Ayuntamiento de San Juan
Rafael Altamira i Crevea, hijo adoptivo 1909-septiembre-2009
Rafael Altamira (Alicante, 1866-México D.F., 1951), humanista de reconocido prestigio internacional, practicó varias ramas del conocimiento, siendo propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Jurista, historiador, catedrático de universidad, hispanista, novelista, ensayista, americanista, crítico literario. Escribió más de un centenar de libros, entre ellos “La enseñanza en la historia”, “Historia de España y de la civilización española”, “Cuestiones hispanoamericanas”, “Historia del Derecho Español”, “Mi viaje a América”; su destacada novela “Reposo”; de temática alicantina, “Cuentos de levante”, “Cuadros levantinos”, “Derecho Consuetudinario y economía popular de la provincia de Alicante”, “Fantasías y Recuerdos”, “Cuentos de mi tierra”, …
Con las palabras sencillas de su nieta Pilar Altamira, asistente al acto donde se dio a conocer esta placa que se instalará en la fachada de la nueva biblioteca en construcción , junto con Jaime Albero, concejal de Cultura de este municipio de San Juan; Isidro Buades, Cronista de esta población; Francisco Román, Presidente de la Asociación Cultural Lloixa; y Alfredo Campello, uno de sus miembros. Todos hablaron de Rafael Altamira. Su recuerdo y sus inquietudes. Sus viajes, sus estudios, sus obras literarias. Su necesidad de empaparse de las costumbres de los pueblos por donde pasaba. Su amor por la Huerta, por donde dejaba correr el tiempo. Por caminos de tierra en donde concentraba su atención en la naturaleza, en los cultivos de los campos, en los agricultores, en sus costumbres. Pilar nos recomendó dos de sus obras, para ella fundamentales, sus “Memorias” y “Derecho Consuetudinario de la provincia de Alicante”. Me despertó una inquietud, la necesidad de conocer más de Rafael Altamira.
caricatura de Rafael Altamira en una conferencia, de Daniel Vázquez Díaz
Busqué en librerías convencionales las obras citadas en el párrafo anterior. También sus ensayos más famosos, su obra literaria. No di con ninguno de ellos. Pensé y acerté que un buen sitio para tener posibilidades de encontrar obras de Rafael Altamira era en las librerías de viejo. En una de ellas, Raíces, en Alicante, encontré la pista de algunas de las obras de Altamira que el librero había tenido hasta muy poco antes. Una persona cercana a Rafael Altamira había comprado estos ejemplares. Pilar Altamira se me había adelantado.
Mirando en Raíces otros libros, acariciando sus lomos, pasando con cariño hojas que tienen mas años que yo, oliendo a polvo y saboreando las palabras escritas de tantos estilos, tanta sabiduría, el librero me enseñó un librito que, en sus manos, parecía un recién nacido envuelto en pañales. Lo cogía con extremo cuidado y me lo enseñaba con orgullo. “Fantasías y Recuerdos”. Escrito por Rafael Altamira y con ilustraciones de Vicente Bañuls. Una joya bibliotecaria, editada en 1910. Un librito contemporáneo del propio Altamira y de sus amigos, un librito que pasó por sus manos y que ahora estaba en las mías. Ojeándolo empecé a conocer un poco más a Altamira. Queriendo compartir su contenido contigo, amigo/a lector/a, ya está en una de las lejas de mi biblioteca.
En este librito nos cuenta sus sensaciones sobre las fiestas de San Juan, la Huerta, el mar, …, también sobre Cosas de Italia, Paisajes Franceses, Navidad, Sobre mi vida, y nos habla de algunos personajes que viste con sus palabras.
Pilar Altamira nos contó que a su abuelo Rafael Altamira le gustaba caminar largas horas por la huerta alicantina, ver sus paisajes y conversar con sus gentes. “ Nada tienen que ver la Huerta valenciana y la lucentina. La primera es rigurosamente huerta … de hortalizas; la segunda es un inmenso bosque de almendros, olivos, higueras y algarrobos, cortado de vez en cuando por bancales de viña, y en que la mies se siembra, por lo general, a la sombra de los árboles. Añádase a estas diferencias la del agua, abundante en la llanura valenciana, escasa en la otra, y fácilmente se deducirá que en nada se parece las dos huertas. Pues de igual modo puede decirse que en nada se parecen los huertanos de una y otra región. El lucentino es un ser muy complejo, en quien suelen juntarse aptitudes y funciones muy variadas, mitad labrador y mitad marinero las más de las veces, dotado de asombrosa movilidad que tan pronto lo tiene pegado a su terruño como sudando la gota gorda en los campos argelinos ó en las mestas castellanas” , narra Rafael Altamira en el capítulo “Afanes”, página 26, de “Fantasías y Recuerdos”.
la Huerta de Alicante, por María José Limiñana
la Huerta de Alicante, por Xavier Soler
Volveré a hablaros de Rafael Altamira. Sea esta una aproximación, un primer contacto. Una puerta que se abre a su mundo.
Fuentes:
Acto conmemorativo presentación placa sobre Rafael Altamira: http://www.alicantevivo.org/2009/09/presentacion-de-la-placa-dedicada-d.html
“La literatura alicantina en el siglo XIX”, de Enrique Rubio Cremades
“Treinta Alicantinos. Al servicio de la Humanidad”, editado por Rotary Club de Alicante, Distrito 2203.
2 comentarios:
Ese libro que anuncias lo tengo yo y casi en el mismo estado. Qué casualidad
Fue un placer contar con vosotros en el acto
El placer fue nuestro. Y la organización, excelente. Tanto de la presentación de la placa conmemorativa en recuerdo de Rafael Altamira, como la visita posterior a algunas Torres de la Huerta. Con la recepción con mistela y rollitos de anís. Saludos.
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