Este año el verano se está despidiendo muy lluvioso, consecuencia de haber sido muy caluroso. Llevamos varios días en que la tarde se oscurece y descarga lluvia en cantidad. Estábamos acostumbrados a que en los días de septiembre podíamos tener un día, quizá dos, de lluvias torrenciales, a veces gota fría, pero no lloviendo tanto en siete días consecutivos.
Y mientras no haga daño, que llueva, que hace falta. Pero lo de ayer tarde, en alguna de las partes de la provincia de Alicante fue excepcional. Barrancos y cauces secos todo el año, llenos a rebosar de agua. Mucho frío. Y con el, un manto blanco. No fue nieve, no, sino granizo del tamaño de pelotas de golf, algunas más grandes.
Os invito a ver algunas fotos sobre lo que aquí narro del barranco de las ovejas en Alicante con agua a rebosar camino del mar; de la autovía Alicante-Elche, vestida de blanco por el granizo; cedidas por Francisco Rosser Limiñana.
1 comentario:
I jo que a eixes hores estava visitant uns amics al Campello, ni assabentar-nos.Tan sols dos trons i quatre gotes i al costat, la gran descàrrega de pluja i granís.
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