Hace unos días comí en un sitio que os recomiendo: el restaurante La Mezquita, en Jávea. Un antiguo riu-rau transformado en restaurante desde hace varios años. Las vigas de madera callan y nos miran. Los lienzos de las paredes, colores cálidos. Los troncos de olivo, de naranjo, siguen ardiendo en las dos chimeneas de sus salones. El calor que disfrutaron antaño sus habitantes hoy nos hace compañía. Calor de la memoria. Calor de la cocina. Calor en el plato. Un arroz del señoret, extraordinario.
Mientras, en la tertulia, mi compañero de mesa, y amigo, Francisco, dice disfrutar de los fogones. Delantal, cubiertos de madera y paciencia. Los fines de semana el es quien cocina en su casa. Amigos y familiares disfrutan de su destreza. Ha archivado durante años recetas de la abuela. Ha guardado con cariño recetas que han pasado de padres a hijos. Recetas que pasean su aroma de generación en generación. Le animé a compartirlas y hacer su propio blog. Me ha hecho caso. Por partida doble. No ha hecho un blog. Ha hecho dos blogs. Uno en valenciano. El otro, en castellano. Nueva andadura. Tiempo y cariño, forman parte de sus ingredientes. Estas iniciativas nos enriquecen a todos. La dirección es http://desdelsaladar.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario