“Joven, joven, venga usted”. Me llama un anciano con cara de buenos amigos, mientras estoy haciendo fotos a rincones de su pueblo. Válor. Un anciano sentado junto con otros dos.
Que me hablen de usted me repatea, aunque sea una norma no escrita de conversación entre personas que no se conocen. Y no me gusta porque me carga de años. Aunque los tengo, tampoco son tantos. Nací en el 62. La verdad que hablar de usted a otro yo ya sólo lo empleo cuando me dirijo a personas mayores que no conozco. Actualmente todo el mundo tutea al otro. Quizá el usted que, de alguna manera, es una expresión de respeto, también ponía barreras entre unos y otros. Ahora, en este mundo global que todo se liberaliza, también le llega el turno al lenguaje, a la forma en cómo nos comunicamos con los demás.
Tres ancianos sentados sobre una piedra plana. Como en otros muchos pueblos de España. De tertulia. Hablan de sus experiencias, se cuentan sus hazañas. Se refieren a sus ilusiones, a sus sensaciones. Las manifestaciones de personas que han vivido tanto tienen un significado especial. Están sentados encima de una piedra legendaria, mucha más cargada de años que la suma de ellos tres juntos. Están sentados sobre una piedra del puente romano de Válor.
Válor, cuna de Abén Humeya (del que os contaré parte de su historia en otro artículo), es un pueblo de La Alpujarra granadina, por donde he estado con mi familia en este puente de la Pilarica.
Me acerco y escucho lo que hablan. Aireadamente. Convencidos de sus argumentos. Y aunque los tres están diciendo lo mismo, aunque sus opiniones tienen el mismo sentido, cada uno defiende su postura como si discrepara del otro.
“Ha tenido buenas intenciones, pero aún no lo ha concretado en nada”. “Está demostrando ser más tolerante que su antecesor, pero aún es pronto para premiarlo”. “Está dando los pasos de un nuevo liderazgo en el mundo, pero ya se verán los resultados”. Y los tres coinciden que “ha sido prematuro”.
Me sorprende que el motivo de su conversación sea este. Que no tenga protagonismo entre sus palabras la crisis económica, los problemas de la agricultura, la carestía de la vida, el futuro de sus hijos y de sus nietos, su pensión, las fiestas de este fin de semana en tantos pueblos de su entorno, … En cambio, es Obama, Presidente de los EEUU, quien les llena la primera hora de la tarde, quien ocupa sus pensamientos y sus manifestaciones. Y es el nuevo galardón como Premio Nobel de la Paz que le han concedido a Obama el motivo de su oratoria.
“¿Y tú que opinas?”. Buena pregunta. Es cierto que Obama ha levantado pasiones dentro y fuera de sus fronteras. Es cierto que tiene un nuevo talante en sus palabras y sus maneras. Es cierto que no impone los argumentos de su Gobierno al resto del mundo. No impera el poder que tiene del más fuerte. Es cierto que es más dialogante, que quiere escuchar y aprender de otros líderes mundiales, según sus propias palabras. Es cierto que parece más cercano y más cercanas sus decisiones a nivel internacional. Pero aún está dando los pasos que marcarán su política internacional y la de su Gobierno. Es del dominio público su propósito de acercar posturas entre palestinos e israelíes para alcanzar un acuerdo de paz y de concordia definitivo entre ellos; el cierre de la cárcel de Guantánamo; las difíciles relaciones con Irán con posibilidades de este de nuclearizarse; está en contra de los golpes de estado en Latinoamérica, cambiando la política de su país de años atrás; .… Y tantas otras medidas que lo visten con la aureola de un Presidente de los EEUU diferente. Con un mensaje más pacificador que beligerante. Pero coincido con estos sabios del lugar que es un premio prematuro. Aunque también es cierto que este premio es un estímulo para que Obama sigua en esta línea de actuación.
Obama el día de su Juramento como Presidente de los EEUU, junto a su mujer
Después de empaparme de las manifestaciones de estos tres ancianos, de sus enseñanzas, de ver la forma en que hablan entre ellos, con el respeto mutuo, dejando hablar, sin interrumpir al otro, aunque opine diferente. Y no es que me extrañe, que es lo correcto, pero tantas veces vemos que lo contrario es lo normal … Después de todo esto nos despedimos. Antes, quieren saber mi nombre. Y se lo doy. Después, me dan los suyos. “Nos llamamos como los tres Arcángeles: Gabriel, Miguel y Rafael”, me dicen mientras se presenta cada uno. Es un apretón de manos la que termina esta conversación. A ellos les ha llegado la hora de la partida de dominó. A mí, encontrarme con mi familia y seguir camino.
1 comentario:
EN MI MODESTA OPINION, UN PREMIO NOBEL DE LA PAZ DEBERIA DE CONCEDERSE A UNA PERSONA U ORGANIZACION QUE HAN DEDICADO SU VIDA O BUENA PARTE DE ELLA EN BUSCA DE LA PAZ EN EL MUNDO O EN UNA PARTE DE EL.
ES IMPORTANTE QUE OBAMA TENGA OTRO TALANTE MUY DISTINTO A BUSH HIJO, QUE TRANSMITA MENSAJES CONCILIADORES, ... , PERO HASTA AHORA SON SOLO MENSAJES.
COMO LOS SABIOS DE ESTE LUGAR, VALOR, OPINO QUE ES UN PREMIO QUE SE HA ANTICIPADO A LOS ACONTECIMIENTOS QUE SEGURO OCURRIRAN CON ESA NUEVA FORMA DE OBAMA DE HACER POLITICA.
EN CUALQUIER CASO, FELIDADES POR EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ 2009.
SALUDOS
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