Desde lejos se distingue la mole del castillo sobre un cerro. Desde lejos se ven sus murallas y sus torres desmochadas. Desde lejos, las casas del pueblo se arriman a su alrededor. Casas bajas, humildes, que buscaron su protección. Casas de pueblo, y sus moradores, que ven cómo el castillo se deteriora, cómo caen sus piedras legendarias, cómo sus propietarios han permitido que sus muros sean un puro lamento de tristeza ante este abandono. Estas murallas, por donde hoy corren las lagartijas y los roedores, ayer fueron testigos de tanta gloria ... Las primeras piedras de este castillo son de origen musulmán, de los siglos XII y XIII, desde donde el caudillo Al Azaq dominaba el paso, barrancos y la vega del cercano río Serpis. Fue conquistado por el rey Jaime I en el año 1245 mediante un pacto de vasallaje con Al-Azaq. Posteriormente, fue cuartel de las tropas cristianas que lucharon contra la rebelión morisca en el 1609. Tiene una superficie de 2.875 m2, ocho torres de planta rectangular y un aljibe junto a la muralla este.
En 1276 pasó a ser propiedad del Señorío de Jerica cuyo señor, Jaime de Jérica, concedió a Planes Carta Puebla en 1278. Pasó a formar parte del Señorío de Cocentaina después del matrimonio del segundo Jaime de Jérica con Beatriz de Lauria y Lanza. La Baronía de Planes incluía las alquerías de Almudaina, Benialfaqui, Catamarruc y Margarida. Desde 1594 perteneció a los duques de Maqueda quienes, en 1611, otorgaron una segunda Carta Puebla. En 1796 los duques de Arcos se la vendieron al marqués de Cruilles.
Planes de Baronía es un pueblo del norte de la provincia de Alicante (España). Se encuentra entre los valles que forman las sierras de la Almudaina, Xarpolar, Cantacuc y la Albureca. Un pueblo de corte medieval, con empinadas calles y alargadas cuestas. Con bellos rincones y pequeñas fuentes en esquinas y plazas . La esbelta torre de la iglesia escala el cielo para acercarse a Dios. Templo cristiano de la Asunción, del s. XVIII, construido sobre la antigua mezquita.
En la plaza del Ayuntamiento, unos arcos de medio punto. Uno de ellos fue puerta de la muralla que circunvalaba el castillo y cerraba el pueblo puertas a dentro.
Junto a la carretera, un parque infantil. Columpios, caballitos, un tobogán. Unos niños, mis hijos entre ellos, juegan bajo la arboleda del parque que les da cobijo, que les da frescor. El calor es sofocante. Una fuente con un fino chorro de agua que sacia la sed, que refresca. Que invita al sosiego. Con el susurro de sus gotas al golpear el cazo lleno de agua que hay a sus pies. Unos bancos de madera. Sentados, vemos como los niños juegan, ríen y disfrutan con estas distracciones de siempre. Por un momento se han olvidado de la nintendo, la psp, el mp3, … Una niña, de unos cinco años corretea, salta y se ríe a carcajadas. Quiere llamar a atención de su abuelo que parece que dormita bajo una morera. Y lo consigue. Se acercan a la fuente. El anciano, aunque no parece la edad que tiene, nos pregunta de dónde somos y nos da conversación. Eusebio es su nombre, aunque en el pueblo todo el mundo le llama Chamaco. Un derivado del mote, Machaco, que le pusieron en el pueblo donde nació, un caserío de Castilla La Mancha. Inmigró a Planes de Baronía en busca de trabajo. Y trabajar, ha trabajado duro en muchas actividades. Trabajando y ahorrando montó una gasolinera. Por sus surtidores han repostado vecinos de toda condición, con sus problemas y sus oportunidades, sus miserias y sus alegrías, … Y ha ayudado a todo el que ha podido. “Como aquella parturienta, que no estando el médico en el pueblo, había que llevarla …”. Nos habla con entusiasmo de Planes “aunque no haya nacido aquí, aquí me casé y he hecho una familia”. Nos cuenta la historia del castillo, de la casa consistorial, de sus fiestas y sus costumbres, de sus otros monumentos. “¿Han visto el acueducto?, yo les acompaño”.
Bajo unos chopos altos, esbeltos, cuyas hojas cantan al paso del tiempo. Desde aquél día cuando el cantero labró unas piedras más ó menos cuadradas para levantar sus paredes. Para hacer sus arcos ojivales. Para encajar la acequia en su cubierta. Este acueducto, del s. XV, que aún funciona, canaliza el agua de un manantial hasta una fuente. Y al antiguo lavadero, llamado de la Fuente Nueva, donde todavía algunas mujeres vienen a lavar la ropa con manchas difíciles. A la sombra de su tejado a dos aguas, mientras el agua corre, las palabras se escapan de la boca. Es la crisis y las dificultades para criar a los hijos, la dura faena del campo, la cosecha de la cereza, los sueños que no se cumplen. Tantas emociones que han estado guardadas y que caen en cascada por la acequia, camino del lecho del riachuelo que pasa cerca. Este lavadero que pervive a otras costumbres, a otras comodidades de las labores de la casa. Lavadero que se resiste a ser un recuerdo de otra época.
Queda pendiente para otro día el vía crucis que lleva a la ermita del Santo Cristo, muy bien cuidada y con unas vistas extraordinarias.
Blog de Ayuntamiento de Planes de Baronía: http://planesdelabaronia.blogspot.com/
4 comentarios:
ME HA ENCANTADO ESTE ARTICULO, PASCUAL. CHAMACO TIENE QUE ESTAR CONTENTO DE LO QUE ESCRIBES DE EL. SALUDOS.
Sin duda, uno de mis pueblos favoritos de toda la provincia de Alicante...
Saludos!
Por cierto, en el blog que has enlazado (tengo serias dudas de que realmente sea del ayuntamiento), resulta que han usado fotos mías de Planes sin solicitar ningún tipo de permiso... :S
FALTAN MUCHAS FOTOS DE LAS FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS,PLANTADEL XOP Y SUS COSTUMBRES
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