Volvemos a recorrer caminos y senderos en Aigues, municipio de la Comarca de L´Alancantí, situado a 342 metros de altitud, en la vertiente oriental del la Sierra del Cabeçó.
El pasado domingo volvimos a caminar por senderos del Cabeçó d´Or. El pasado domingo, un nuevo día de senderismo organizado por la Asociación de Caminantes de Aigues. Pequeños grupos de personas se van congregando en las Escuelas. El encuentro con amigos y conocidos. Primeras impresiones. Comenzamos. Desde las Escuelas. Ochenta personas iniciamos la marcha después de esperar a los rezagados que les ha costado levantarse debido al cambio de hora de esta madrugada en la que hemos dormido una hora menos. Desde las Escuelas, camino del Balneario. Desde las Escuelas, personas, una mascota. Niños y mayores. Todos, en familia, con amigos, de camino.
Escuelas
Si hay un pueblo en donde se ha hecho un culto al agua este es Aigues. En su subsuelo, un acuífero jurásico. La historia de Aigues está ligada a sus aguas. Es una zona donde han sido numerosos los manantiales de agua con propiedades minero-medicinales, aunque debido a la sobreexplotación del acuífero estos han disminuido ó han desaparecido. Aguas subterráneas, aguas en superficie. A principios del siglo XIX la Marquesa de Bosch convirtió los primeros baños de España en un Balneario aristocrático. Este le dio vida al municipio produciéndose un gran crecimiento, consiguiendo la segregación de Alicante en 1841. Hoy dejamos el Balneario a nuestra izquierda, que está en restauración para devolverle a sus pasadas galas.
Javier les dice a Enrique y Paskki, que van en cabeza, que aminoren la marcha, con un ritmo demasiado alto para hoy que la ruta es corta. Seguimos por una pista de tierra camino de la potabilizadora que dejaremos a nuestra derecha. En un rellano del camino nos reagrupamos. Desde aquí arriba, vemos la pista que vamos a bajar. Después de un poste de Iberdrola de alta tensión, a la izquierda y a unos quinientos metros, cogemos el PRV 243.
Rodeamos el Macizo del Bacorero dejando el barranco de la Umbría a la derecha. Es una subida pronunciada, dura, que estira al grupo. El sol no ayuda. El calor agobia. Caminamos entre pinos. Lorenzo nos comenta que el año pasado este pinar estaba seco. Este año, con las lluvias de otoño, da gusto verlo. Con los pinos, los arbustos, las flores. Romero. Tomillo. Prebella. Enojo. Jara. Con las primeras flores de la primavera. Con los olores del monte. Subimos. Los últimos metros me han costado un poco. Enrique, que va detrás de mí, no quiere que me relaje y que aminoremos la marcha. Tenemos que ir con los que van delante. Lo cómodo es pararse, pero no, seguimos. Y seguimos a buen ritmo. Al llegar a la cumbre vemos que el grupo no sólo se ha dispersado, sino que se ha fraccionado en muchos grupitos. Esta vez no me esperan. Espero. Primer acuarius. Primera barrita energética. Tenemos que esperar un rato hasta que llegue el último senderista. Sentados en el suelo, en una piedra ó en una roca, echamos mano a la fruta, a los frutos secos, a la bebida. Estamos sudando mucho. Mientras, la mirada hacia las montañas y hacia el mar. Los rascacielos de Benidorm. La Sierra Helada. Otra perspectiva del Puig Campana. Las antenas de la Aitana. Nosotros. Y una mascota que no se ha querido quedar en casa. No ladra, pero sí curiosea para intentar llevarse un premio a su paladar.
Mi amigo Enrique
Iniciamos el descenso. Javier se aparta del grupo para una entrevista que radio 9 le hace en directo. Le esperamos un poco más abajo. Mientras, bocadillos y líquidos. Hacemos la foto de grupo. Seguimos. Por el sendero, a fila de a uno. Bajamos en zigzag. Dejamos a la derecha el barranco del Salmitre. Pasamos junto a un pozo vallado. Etasa primero, Tomates Boni después, ha horadado el terreno del municipio en busca de agua. Nos cuenta Lorenzo que este pozo se excavó a mano y se cubrieron sus paredes de ladrillo. Hay otros pozos más abajo mucho más profundos al estar hechos con máquinas.
GPS
Llegamos a El Cantal, mi bestia negra, como me dice Enrique. En mi bautizo senderista subí por El Cantal. Muchos otros y yo sabemos lo que nos costó subir por sus estrechos senderos. También bajarlo, sin fuerzas. Y hoy me parece chupado. Claro que esta marcha es más corta que aquella y volvemos más enteros.
Paskki en El Cantal
Eva y Beatriz, nuevas senderistas
Desde arriba, la balsa de El Cantal. Al bajar, nos desviamos del camino y del grupo para buscar la font (fuente) de El Cantal. Hace años que está seca. Bajo un muro de piedra, un orificio por donde corría el agua. Cuando empezó a secarse hicieron lo que en el lugar llaman alcabó, según nos cuenta Lorenzo (en castellano, alcabón, palabra que procede del árabe, que significa bovedilla). A través de una gruta se excava en la roca y en la tierra un pequeño túnel para buscar el nacimiento del manantial. Una vez encontrado este el agua sale por el alcabó a la acequia y de esta a la balsa. Cuando el manantial se secó buscaron el agua más arriba a través de un pozo y bajaron el agua por otras acequias hasta la balsa. Pero este pozo también se secó. Hoy el pozo, las acequias, una casa y la balsa son un recuerdo de lo que fue aquella fuente de prosperidad.
La font de El Cantal
Junto a la pinada de Aigues, las pistas de tierra. Aún no hemos terminado. Un fuerte repecho y, después, un paseo. Como llegamos al pueblo enteros, nos vamos a las calles que rodean al torreón del castillo. Calles empinadas. Calles solitarias. Calles estrechas. Interesantes vistas desde aquí arriba. Bajamos camino de una recompensa. Tomamos una jarra de cerveza en La Taberna. Arturo, su dueño, nos sirve una curiosa tapa. Setas con pulpo. Muy bueno. Luego, la comida con la peña. Casi sesenta comensales. Anécdotas. Curiosidades. Historias del lugar. Esfuerzos. Nuevos senderistas que han venido desde Torrevieja y Guardamar, Eva y Beatriz, nos cuentan sus inquietudes. Quieren hacer el Camino de Santiago y qué mejor que hacer piernas en Aigues.
4 comentarios:
Que envidia sana. Pero por tu relato y tus fotos es como si hubiera asistido.
Gracias Paskki.
Por cierto, cuando es la próxima?
Alfredo, puedes coger las fotos de la fuente de El Cantal. No es que se vea gran cosa, pero es lo que queda de ella.
Ayer, en la Vía Verde de Bullas a Cehegín que hicimos algunos amigos de la Asociación de Caminantes de Aigues, Lorenzo, al comentar este post, me comentó que para escabar el alcabó hacían unas chimeneas en puntos concretos del túnel para sacar la arena. Una vez terminado, estas se cerraban. El túnel estaba abovedado en arco de medio punto, quizá por esto se llama como se llama.
Espero que esta información te sirva.
Arturo, la próxima es el 27 de abril. Aigues-Cuevas de Canalobre. Otra vez habrá que subir El Cantal. Sólo pensarlo se me ponen los pelos de punta ... Ya nos informará Javier de los detalles de esta nueva ruta de senderismo organizada por la Asoc. de Caminantes de Aigues. Supongo que te apuntas. Se te hecha de menos. Yo me apunto.
Un abrazo.
Alfredo, preguntando más sobre el depósito de la fuente del Salmitre, fuente que las personas del lugar no recuerdan, sí me han dicho que subiendo a Busot desde el Mesón La Concha (restaurante situado poco antes de llegar a Aigues) pasado un puente de piedra hay una pequeña balsa y esta podría ser el depósito de la fuente citada arriba. Dicen que es fácil de ver desde la carretera.
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