Este año celebramos la efemérides de la vuelta al mundo por mar por
Magallanes y Elcano promovida por el rey Carlos I de España para buscar un
camino diferente al portugués para recorrer la ruta de las especias desde otras
latitudes. Y recordamos otra fecha también importante, el bicentanario del
fallecimiento del protagonista de otra vuelta al mundo menos conocida promovida
por otro rey y otro Carlos, que casualidad me dirán ustedes, Carlos IV, para
erradicar la viruela: Francisco Javier Balmis, médico alicantino (2 diciembre
1753-12 febrero 1819).
El Dr. Balmis es famoso por erradicar la viruela en América, Filipinas
y buena parte de Asia. Tomando como propia una idea que hizo suya contra viento
y marea para poner en práctica un experimento que había dado buenos resultados
en Inglaterra.
Pero vayamos por partes. Hay tres hechos fundamentales que marcaron en
la vida del Dr. Balmis. 1. Formar parte del ejército, siguiendo una tradición
familiar, como practicante cirujano, lo que le permitió hacer la travesía a
América en repetidas ocasiones y conocer aquellas tierras. 2. Participar de la
corriente naturalista de la época participando en expediciones e investigando
las plantas autóctonas que encontraba en América para fines medicinales, en
concreto conoció y experimentó la cocción de raíces de agave y begonia para
fines terapéuticos escribiendo el libro “Demostración de las eficaces virtudes
en las raíces de agave y begonia para la curación del vicio venéreo y
escrofuloso”. 3. Conocer los experimentos de Jenner, médico inglés, que inoculó
en humanos la enfermedad de unas vacas con excelentes resultados sobre la
viruela.
En América la viruela estaba haciendo estragos produciendo una
mortandad altísima. Había que hacer algo. Entre los posibles candidatos para
emprender y dirigir este viaje sanitario, Balmis tenía muchas posibilidades en
ser elegido por sus conocimientos médicos, por desenvolverse bien entre los
círculos ilustrados de la Corte y por su conocimiento de América. Para ello,
presentó un informe al Ministro Caballero informando de sus planes para llevar
la vacuna y erradicar la enfermedad en América y Filipinas. Entre sus ideas
estaba la de crear una cadena de vacunaciones en serie de niños que se
embarcaran en España, con inoculaciones sucesivas de brazo a brazo. Es elegido
para esta misión humanitaria, corriendo el rey Carlos IV con los gastos de esta
expedición.
El 30 de noviembre de 1803 parte del puerto de La Coruña a bordo de la
corbeta María Pita con Balmis como Director de la Real Expedición Filantrópica
de la Vacuna, Salvany fue nombrado Subdirector. Partieron con 22 niños
huérfanos de más de 8 años y menos de 10, acompañándoles Isabel López Sandalla,
Rectora de su hospicio en La Coruña. Balmis utilizó a los niños como
transportadores de la vacuna. Antes de partir, en el puerto, inoculó la vacuna
en los brazos de dos niños. Diez días después, cuando se había producido una
pústula en el punto de inyección, se tomaba una muestra que se inoculaba a
otros dos niños y así sucesivamente. Se consiguió una cadena infantil que brazo
a brazo mantenía la vacuna.
Llegan a Venezuela el 20 de marzo de 1804. Las autoridades tenían
órdenes del rey para atender al Dr.
Balmis y ponerse a su disposición para lo que necesitara. Con estos apoyos
realizaron la vacunación de la viruela por todo América del Sur, no sin
problemas ni sobresaltos y con incredulidad de determinadas autoridades, pero
apoyados por los obispos de la iglesia católica que deseaban acabar con los
contagios y la mortandad con la vacuna, además de con sus oraciones. En febrero
de 1805 emprendieron rumbo a Filipinas, Macao y Cantón en China, y la isla de
Santa Elena. Regresan hacia España el 15 de junio de 1806. El 14 de agosto de
1806 llegaban a Lisboa. El 7 de septiembre de ese mismo año el Dr. Balmis se
reunió con el rey para contarle su filantrópico periplo.
El Dr. Balmis es recordado en Alicante, su ciudad natal, con una
céntrica plaza que lleva su nombre. El Rotary Club Alicante otorga el Premio
Dr. Balmis a profesionales de la medicina de reconocido prestigio nacional e
internacional. Pero deberíamos hacer más, debería de estudiarse en la escuela,
tener una cátedra con su nombre en la Universidad de Alicante, divulgar los
valores de esta expedición, así como el mensaje que con esfuerzo y dedicación
todo es posible, incluso erradicar una enfermedad como la viruela.
Esta expedición humanitaria fue considerada como una gran gesta.
Erradicar una enfermedad no es tarea fácil. No lo era entonces, pero tampoco lo
es en la actualidad con muchos más medios y más recursos científicos y
económicos.
La hazaña del Dr. Balmis es hoy comparable a la que desde hace años
llevan a cabo para erradicar la polio la Organización Mundial de la Salud,
Rotary Internacional a través de su Fundación Rotaria, Unicef, la Fundación
Bill y Melinga Gates, entre otras organizaciones. Queda muy poco para
conseguirlo desde que Rotary vacunó en 1980 a millones de niños en Filipinas
contra la polio y desde que en 1985 inició la campaña Polio Plus contra esta
enfermedad.
Este artículo ha sido escrito con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press
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