miércoles, 20 de febrero de 2019

El Dr. Balmis y su vuelta al mundo contra la viruela



Este año celebramos la efemérides de la vuelta al mundo por mar por Magallanes y Elcano promovida por el rey Carlos I de España para buscar un camino diferente al portugués para recorrer la ruta de las especias desde otras latitudes. Y recordamos otra fecha también importante, el bicentanario del fallecimiento del protagonista de otra vuelta al mundo menos conocida promovida por otro rey y otro Carlos, que casualidad me dirán ustedes, Carlos IV, para erradicar la viruela: Francisco Javier Balmis, médico alicantino (2 diciembre 1753-12 febrero 1819).

El Dr. Balmis es famoso por erradicar la viruela en América, Filipinas y buena parte de Asia. Tomando como propia una idea que hizo suya contra viento y marea para poner en práctica un experimento que había dado buenos resultados en Inglaterra.







Pero vayamos por partes. Hay tres hechos fundamentales que marcaron en la vida del Dr. Balmis. 1. Formar parte del ejército, siguiendo una tradición familiar, como practicante cirujano, lo que le permitió hacer la travesía a América en repetidas ocasiones y conocer aquellas tierras. 2. Participar de la corriente naturalista de la época participando en expediciones e investigando las plantas autóctonas que encontraba en América para fines medicinales, en concreto conoció y experimentó la cocción de raíces de agave y begonia para fines terapéuticos escribiendo el libro “Demostración de las eficaces virtudes en las raíces de agave y begonia para la curación del vicio venéreo y escrofuloso”. 3. Conocer los experimentos de Jenner, médico inglés, que inoculó en humanos la enfermedad de unas vacas con excelentes resultados sobre la viruela.

En América la viruela estaba haciendo estragos produciendo una mortandad altísima. Había que hacer algo. Entre los posibles candidatos para emprender y dirigir este viaje sanitario, Balmis tenía muchas posibilidades en ser elegido por sus conocimientos médicos, por desenvolverse bien entre los círculos ilustrados de la Corte y por su conocimiento de América. Para ello, presentó un informe al Ministro Caballero informando de sus planes para llevar la vacuna y erradicar la enfermedad en América y Filipinas. Entre sus ideas estaba la de crear una cadena de vacunaciones en serie de niños que se embarcaran en España, con inoculaciones sucesivas de brazo a brazo. Es elegido para esta misión humanitaria, corriendo el rey Carlos IV con los gastos de esta expedición.

El 30 de noviembre de 1803 parte del puerto de La Coruña a bordo de la corbeta María Pita con Balmis como Director de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, Salvany fue nombrado Subdirector. Partieron con 22 niños huérfanos de más de 8 años y menos de 10, acompañándoles Isabel López Sandalla, Rectora de su hospicio en La Coruña. Balmis utilizó a los niños como transportadores de la vacuna. Antes de partir, en el puerto, inoculó la vacuna en los brazos de dos niños. Diez días después, cuando se había producido una pústula en el punto de inyección, se tomaba una muestra que se inoculaba a otros dos niños y así sucesivamente. Se consiguió una cadena infantil que brazo a brazo mantenía la vacuna.



Llegan a Venezuela el 20 de marzo de 1804. Las autoridades tenían órdenes del rey para atender al  Dr. Balmis y ponerse a su disposición para lo que necesitara. Con estos apoyos realizaron la vacunación de la viruela por todo América del Sur, no sin problemas ni sobresaltos y con incredulidad de determinadas autoridades, pero apoyados por los obispos de la iglesia católica que deseaban acabar con los contagios y la mortandad con la vacuna, además de con sus oraciones. En febrero de 1805 emprendieron rumbo a Filipinas, Macao y Cantón en China, y la isla de Santa Elena. Regresan hacia España el 15 de junio de 1806. El 14 de agosto de 1806 llegaban a Lisboa. El 7 de septiembre de ese mismo año el Dr. Balmis se reunió con el rey para contarle su filantrópico periplo.

El Dr. Balmis es recordado en Alicante, su ciudad natal, con una céntrica plaza que lleva su nombre. El Rotary Club Alicante otorga el Premio Dr. Balmis a profesionales de la medicina de reconocido prestigio nacional e internacional. Pero deberíamos hacer más, debería de estudiarse en la escuela, tener una cátedra con su nombre en la Universidad de Alicante, divulgar los valores de esta expedición, así como el mensaje que con esfuerzo y dedicación todo es posible, incluso erradicar una enfermedad como la viruela. 

Esta expedición humanitaria fue considerada como una gran gesta. Erradicar una enfermedad no es tarea fácil. No lo era entonces, pero tampoco lo es en la actualidad con muchos más medios y más recursos científicos y económicos.

La hazaña del Dr. Balmis es hoy comparable a la que desde hace años llevan a cabo para erradicar la polio la Organización Mundial de la Salud, Rotary Internacional a través de su Fundación Rotaria, Unicef, la Fundación Bill y Melinga Gates, entre otras organizaciones. Queda muy poco para conseguirlo desde que Rotary vacunó en 1980 a millones de niños en Filipinas contra la polio y desde que en 1985 inició la campaña Polio Plus contra esta enfermedad.



Este artículo ha sido escrito con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press

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