Cuando hay
políticos que hacen del escándalo su mensaje, del disparate su razón de ser y
de la discordia su seña de identidad, es cuando añoramos más a aquellos
políticos con visión de Estado de la Transición. Pocos tienen a aquellos como
fuente de inspiración para unir fuerzas entre otros iguales ante tanto
disparate de los independentistas y de los anti-sistema.
Llevamos toda la
semana hablando de un disparate al cuadrado: las declaraciones de Torra,
Presidente de la Generalitat de Cataluña, en Bruselas el sábado pasado. Para
que no haya dudas ni interpretaciones, que alguno podría manifestar interesada,
me permitirán que copie seguidamente lo que dijo Torra y que cada uno saque sus
propias conclusiones. Esto dijo: “Los catalanes hemos perdido el miedo. No nos
dan miedo. No hay marcha atrás en el camino de la libertad. Los eslovenos
decidieron tirar adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y
estemos dispuestos a todo para vivir libres”. ¿Dispuestos a todo?, ¿con todas
las consecuencias?. Quien da miedo es Torra. Apelar a la secesión de Cataluña
por medio de la violencia es un disparate, una irresponsabilidad manifiesta y
peligrosa. Calentar la calle hasta las últimas consecuencias es una presunta
apología del terrorismo. Recuerden que la vía eslovena y su independencia
vinieron precedidas de un conflicto bélico con decenas de muertos.
Estas declaraciones
de Torra se hicieron coincidiendo con las acciones de los CDR cortando algunos
tramos de la Autopista AP-7 en Cataluña durante más de 15 horas consecutivas
provocando colas kilométricas de vehículos; también abrieron las barreras del
peaje para que pasaran los coches sin pagar. Ambas acciones, distintas una de
otra, se hicieron sin que los mossos d´ escuadra hicieran nada. Sólo les
preguntaron a los manifestantes cuáles eran sus intenciones. Suena a chiste.
Desgraciadamente no lo es.
¿Y que hace el
Gobierno español ante todo esto?, ¿dónde está la Fiscal General del Estado para
actuar?, ¿y el Ministro del Interior para preservar el orden público?. Ante
tanta inacción, se les ha adelantado Vox presentando en el Supremo una querella
criminal contra Quim Torra acusándolo de rebelión por esas desafortunadas
declaraciones, solicitando su detención inmediata y prisión preventiva. No se
el recorrido que tiene esto, y quizá no sea la mejor acción, pero han actuado,
no se han quedado de brazos cruzados viéndolas venir sin hacer nada y
lamentándose después.
De momento, lo que
ha visto todo el mundo es que Torra está desacreditando las instituciones catalanas
y la Generalitat y provocando a la violencia, consiguiendo - por ejemplo - que
Fredi Bentanachs, uno de los fundadores de Terra Lliure, pida un levantamiento
social para proclamar una nueva dui, animando a los de CDR y la CUP a que se
sumen a esta iniciativa el próximo 21 de diciembre en Barcelona mientras el
Gobierno de Pedro Sánchez realiza su Consejo de Ministros en la Ciudad Condal.
Bentanachs invita a tomar a la fuerza el Parlament para hacer extensiva en el
mismo esta declaración de independencia. Añadan a esto que los sindicatos de
los mossos ya han manifestado que no pueden garantizar la seguridad en Cataluña
ese día porque su inacción es política, no policial. Piden el auxilio de la
Policía Nacional (PN) y de la Guardia Civil (GC). En Cataluña hay 17.000 mossos
d escuadra y menos de 2.000 agentes entre PN y GC. ¿Es lógico y serio que los
mossos d escuadra no puedan garantizar la seguridad invitando que hagan otros
su función y, además, sin renunciar a su empleo o a su sueldo pero sí a su
servicio?
En este panorama
todos los políticos nacionales y los catalanes han cuestionado las
declaraciones de Torra, menos uno. ¿No se lo imaginan?. Pablo Iglesias, que
incluso ha manifestado que hay que interpretar esas palabras de Torra con
mesura. Ni los socios de gobierno de Torra lo defienden. Pero Iglesias no sólo
lo hace sino que se erige en portavoz del Gobierno de Sánchez y critica a unos
y da consejos a Sánchez de cómo debe de actuar. No se da cuenta que su actitud
hace un flaco favor a su partido, Podemos, y ninguno al PSOE. Otro disparate.
Sigue en su política de apoyo a los independentistas aunque sea el político
nacional peor valorado de España y que su partido siga en caída libre en
intención de voto según el último barómetro de la Sexta publicado el pasado 9
de diciembre.
Echo en falta el
liderazgo en Cataluña del partido más votado en las últimas elecciones
catalanas: Ciudadanos. Que sirva de algo. ¿A qué esperan para presentar una
moción de censura al gobierno de Torra?. Los partidos constitucionalistas
podrían unirse, ahora está más justificado que antes después de las
declaraciones de Torra y sus previsibles consecuencias. Incluso Barcelona en
Comú se cuestiona retirarles su apoyo a los presupuestos si Torra no se
desdice. Y no se desdice. Ahora comenta que se le ha malinterpretado pero se
reafirma en lo dicho.
A su vez, desde que
el PSOE ha perdido las elecciones autonómicas en Andalucía, Pedro Sánchez y sus
ministros enseñen las uñas a los independentistas y dicen que tomaran medidas
contundentes. Se esperaba que Pedro Sánchez las enumerase en la sesión de
control al Gobierno del pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. Y
nada, pura retórica. No las emprenden en un nuevo gesto de debilidad del
Gobierno.
En esta sesión de
control Tardá (ERC), al escuchar a un Sánchez más duro hacia los
independentistas, dijo que se van a ver obligados a la desobediencia civil en
Cataluña. Otro disparate que desde el Gobierno de España nadie cuestiona.
En esa sesión PP y
Ciudadanos clamaron por la aplicación - de nuevo - del artículo 155 de la
Constitución de forma más duradera que la vez anterior con Rajoy. El Gobierno
de Sánchez no se atreve a dar ese paso y manifiesta que hay otras medidas
previas como tomar el control de los mossos d´escuadra y de las cuentas de la
Generalitat. ¿Qué tiene más que pasar en Cataluña para que el Gobierno de
Sánchez se decida a actuar, incluso a aplicar el 155 si no hay otro remedio?.
Hagan una cosa u otra, pero haganlo ya. Que así sea.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press
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