“Desde que era niño sentí la vocación de ayudar a los demás”, así se expresaba Vicente Ferrer, del que este mes de junio se ha cumplido el primer aniversario de su muerte, el 19 de junio del 2009.
Nació en Barcelona, el 9 de abril de 1920. Muy observador de los avatares de la vida, mostraba especial atención hacia los pobres, las personas sin hogar, los deprimidos de la sociedad. En su adolescencia visitó barrios deprimidos de su ciudad natal. Tanta era la fuerza de su interior hacia el mejor bienestar de los pobres que dejó la carrera de Derecho para ingresar en la Compañía de Jesús con 24 años. “Todo ser humano que nace está provisto de un corazón para amar a todos los que sufren. Yo también nací así. El estado habitual de acordarse de los que tienen menos que uno mismo es un estado de felicidad permanente”. En los Jesuitas vio una Organización heroica, que se superó a sí misma durante siglos de persecución por el orden establecido, con grandes ideales y por la lucha por un mundo mejor. “Me inspiraron los mensajes de San Ignacio de Loyola: que dijo: Para vosotros, los heroísmos deberían ser actos ordinarios”.
El 13 de febrero de 1952 llegó a Mumbai (Bombai) en la India como misionero Jesuita para acabar su formación espiritual. Su primera misión fue Manmab donde le impresionó la pobreza extrema de muchos de sus habitantes. Tenía que hacer algo para paliar el sufrimiento de aquellas personas. Entre los campesinos ideó un especial sistema de trabajo a desarrollar por ellos mismos: “el milagro de dar”. Con una pequeña ayuda y el asesoramiento técnico para conseguir agua para los cultivos, si al final, el campesino devolvía el dinero que se le había prestado (sin intereses) el milagro se extendería por toda la Comunidad. Y así fue, de esta manera se extendió su obra, su sensibilidad hacia los más desfavorecidos. Desde el principio, organizó pequeñas cooperativas, la canalización de pozos, el abastecimiento de agua, bancos de semillas, parcelas de regadío, así como la construcción de servicios comunitarios como escuelas, hospitales, residencias de alumnos. Hasta que los terratenientes, las clases dirigentes, empezaron a ver a Vicente Ferrer como una amenaza, recibiendo el 27 de abril de 1968 su orden de expulsión de la India, a pesar de manifestaciones en contra de campesinos, intelectuales, religiosos y del interés en él de Indira Gandhi, primera ministra de la India de aquellos años, quien se comprometió a buscar una solución.
Vicente Ferrer regresó a España y fundó Acción Fraterna en el Mundo para intentar aliviar el hambre en muchos países del mundo. Por aquellas fechas apareció en la revista americana Life un artículo titulado “El santo de Manmad”, dedicado a Vicente Ferrer, que produjo mucho revuelo a nivel internacional, coincidiendo con su candidatura para el Premio Nobel de la Paz. Volvió a la India en 1969 por la supervisión personal de Indira Gandhi, después de superar muchas dificultades en su país. Sólo le acogió el estado de Andhra Pradesh, decidiendo instalarse en la tierra más pobre de esta región, Anantapur, donde la falta de agua llegaba casi a la desertización y no había ni escuelas ni hospitales.
En 1970 dejó la Compañía de Jesús al no aceptar la disciplina de esta Orden y no volver a Europa después de 17 años en la India. Creyó que su obra estaba entre los más desfavorecidos de ese país y no podía abandonarlos. Por entonces, nació la Fundación Vicente Ferrer en la India. En 1996 se creó la Fundación Vicente Ferrer en España para asegurar la continuidad económica de sus proyectos en la India. “Lo que más hacemos en la Fundación es trabajar para reducir el sufrimiento de la gente en esta vida antes de llegar al lugar que nos está predestinado. Y creo que lo hemos conseguido en gran medida. Hemos llegado a miles de pueblos y la calidad de vida de estas personas ha mejorado”. Principalmente a los intocables ó dálits, los sin casta. “Lo que me interesa es el hombre que sufre, que necesita que le den una mano, que no padezca. Nosotros entramos en las casas de los enfermos, de los que lloran, de los abandonados”. El objetivo de esta Organización es conseguir que sus proyectos beneficien cada día a más personas que viven en condiciones de pobreza extrema. En especial a los niños. “Cuando alguien apadrina un niño no sólo está ayudando a esta persona, sino a su familia y al entorno en el que vive”.
La Fundación Vicente Ferrer tiene como misión mejorar las condiciones de vida de los grupos más desfavorecidos de la India, así como sensibilizar a la población española y captar fondos para garantizar la continuidad de la Obra de Vicente Ferrer. Entre muchos particulares, colaboradores y entidades públicas y privadas, el Rotary Club Alicante Puerto, al que pertenezco, ha contribuido y vamos a seguir contribuyendo con aportaciones económicas para apoyar esta iniciativa, en concreto la irrigación por aspersión en el área de Pamadi en Anantapur.
“La evidencia está aquí, en Anantapur. Yo siempre digo que vengan y que lo vean. Se necesitan sistemas adecuados para el desarrollo, recursos económicos y proyectos efectivos que perduren en el tiempo. Nosotros cada año recibimos más de dos mil visitantes que toman conciencia de que la pobreza se puede erradicar”.
Con motivo del primer fallecimiento de Vicente Ferrer, un equipo del programa de Informe Semanal de Televisión Española, encabezada por Zulema Lampa, Subdirectora del programa, han estado unos días en Anantapur para rodar un reportaje sobre lo que allí hace la Fundación Vicente Ferrer. Este reportaje se emitirá hoy, 26 de junio, a las 21,30 horas.
Vicente Ferrer fue premiado por tantos años de esfuerzo para mejorar la vida de los más pobres, por ejemplo, con el Príncipe de Asturias de la Concordia, con el Español Universal, … Actualmente, la Fundación Vicente Ferrer está nominada para el Premio Nobel de la Paz.
Fotos tomadas de la Fundación Vicente Ferrer y de images de Google
2 comentarios:
La Fundación Vicente Ferrer se merece el Premio Nobel de la Paz. Felicidades por el artículo. Estás en todo, Paskki.
Excelente artículo. Todo un compendio de rigor y sensibilidad.
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