lunes, 7 de junio de 2010

corsarios de levante

 

Una buena forma de pasar un buen rato, de disfrutar, de desconectar, es con la compañía de un libro con el que perderse por sus renglones llenos de palabras. De aventuras, de imaginación, de sucesos. Esta tarde he terminado de leer una novela del gran Arturo Pérez Reverte, de la saga del Capitán Alatriste: “Corsarios de Levante”. “Durante casi dos años serví con el capitán Alatriste en las galeras de Nápoles. Por eso hablaré ahora de escaramuzas, corsarios, abordajes, matanzas y saqueos. Así conocerán vuestras mercedes el modo en que el nombre de mi patria era respetado, temido y odiado también en los mares de Levante”. (2) Narra – entre otros sucesos - la realidad de la vida y las peripecias en una galera de guerra.

Arturo_Perez-Reverte_posa_medios_Madrid_durante_presentacion_Corsarios_Levante[1]

La galera es un barco que cursó las aguas del Mediterráneo. Surgió en el siglo XIV y alcanzó su apogeo en el XVII. De casco ligero y alargado, tenía castillo de proa y alcázar en la popa donde se alojaban los oficiales. Con mástiles con aparejo latino, para los días de viento. También remeros, llamados galeotes, que movían la embarcación cuando este faltaba. Durante las batallas navales se convertía en una plataforma de combate. Cuando las galeras quedaban inmovilizadas en un enfrentamiento armado, la infantería saltaba al abordaje de la nave contraria. En esto está el origen de la infantería de marina. La primera que se creó fue en la España de Felipe II (Tercio de la Armada). Con el tiempo, a estos barcos se les incluyó pequeñas piezas de artillería situadas en la proa. A pesar de que estos navíos no eran muy efectivos en el Atlántico, España construyó la última galera en 1788, para desarmarla en el año 1800. Los países que más utilizaron esta embarcación fueron Francia, Turquía, las Repúblicas de Venecia y Génova y España.

galera[1]

Entre las muchas cosas que narra Pérez Reverte con maestría, una de ellas es la batalla naval entre tres galeras cristianas frente a ocho turcas, que cuenta que tuvo lugar en el cabo de Escanderlu ó Cabo Negro, en la costa de Anatolia, en septiembre de 1627. Me ha despertado la curiosidad sobre la veracidad de esta batalla, porque un escritor puede inspirarse en hechos reales ó ser todo propio de su imaginación, después de consultar documentación en archivos históricos y bibliotecas. Aunque Pérez Reverte contó en muchas entrevistas, después de la primera edición de esta novela, que esa batalla naval existió, que fue real, aunque no dio detalles de cuál se trataba. “Lo de las bocas de Escanderlu, esa lucha atroz y desproporcionada en el mar, tres a ocho... Esa batalla ocurrió. Y el episodio real es aún más increíble: un bajel y dos galeras contra treinta “. (1)

batalla entre turcos y crsitaianos de Tintoreto batalla naval entre turcos y cristianos, pintado por Tintoreto

He navegado por Internet para informarme y he participado en algunos foros. Se baraja la posibilidad de que Pérez Reverte se inspirase, también, en la batalla naval de La Prevesa: dos grandes flotas se enfrentan en el golfo de Patrás, el 27 de septiembre de 1538. La cristiana capitaneada por Andrea Oria, Almirante del Emperador Carlos V, y la otomana, por Barbarroja. He llegado a la conclusión que si el autor no ha dicho de qué batalla se trata es porque quiso ocultar su fuente ó para que exista siempre el debate sobre si es esta u otra la batalla en la que se inspiró. Porque todos los foros a los que he acudido y participado coinciden en afirmar que no saben si su narración es exacta, aunque no tiene por qué serlo ya que se trata de una novela.

galeraahp3[1]

En esta novela, entre cañones, arcabuces, espadas, picas, chuzos, fueron los españoles los que esta vez ganaron la batalla después de perder dos galeras y buena parte de sus tripulaciones.

“ … el sol poniente tornasolaba nuestras siluetas inmóviles en torno a las tumbas de tantos buenos camaradas, cada una con la cruz – última arrogancia en su memoria – hecha de madera turca. De ese modo quedaron todos ellos, acompañados del rumor de las olas y el graznido de las aves marinas, en espera de la resurrección de la carne, cuando quizá les corresponda levantarse de la tierra revestidos con sus armas, con el orgullo y la gloria de quienes tan fieles soldados fueron. Y hasta ese día lejano seguirán allí, inmóviles junto al mar, donde a tan alto precio vendieron sus vidas, riñendo por la codicia del oro y los botines; pero también por su patria, por su Dios y por su rey, que todo cuenta. Durmiendo el largo sueño honrado del que gustan los hombres valientes”. (2)

corsarioslevantea_med[1]

Escenas estas que imaginamos que bien podrían ser el contenido de una película donde se exaltara el valor y el heroísmo de aquellos marineros de todas las partes de España, donde vizcaínos, catalanes, valencianos ó castellanos, luchaban contra el infiel defendiendo una misma bandera y a un mismo rey. Tiempos aquellos que los españoles todos se enorgullecían de ser lo que eran, sin fisuras, con orgullo por serlo.

(1) Arturo Pérez Reverte

(2) Iñigo Balboa, personaje de la novela

2 comentarios:

Elías Gomis dijo...

--No-dijo.
--¿Perdón?--inquirió Pimentel.
Alatriste no lo miraba a él, sino a Machín de Gorostiola. Aquello no era asunto de Pimenteles, sino de soldados.
--Digo que la gente de la "mulata" no acepta rendirse.
(...)
--Tenemos muerta a la mitad de la gente.
--Entonces --respondió Alatriste- venguémosla con la otra mitad.

Esta es una de las mejores parte del libro, al menos, para mi.

Pascual Rosser Limiñana dijo...

Estoy totalmnete de acuerdo contigo. Esa escena te tiene pegado al libro esperando ver qué ocurre. Y mientras lo lees es como quería que este desenlace se realizara. Un maestro, Arturo Pérez Reverte.

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