Manifestar que la bandera de España es de todos los españoles es una
obviedad, pero cuando hay que hacerlo es porque algunos la rechazan y otros se
la apropian como suya excluyendo a los demás. Vaya galimatías si es de todos.
Pero vayamos por partes porque no todo el mundo sabe su origen. Este
surgió en nuestra Armada y en el mar. Las banderas de los buques de las
diferentes Armadas eran blancas y podía confundirse como propio un navío que,
en realidad, resultaba ser un barco enemigo.
El rey Carlos III hizo un concurso público para que se presentaran
diversas propuestas y elegir entre ellas una bandera para el uso de los barcos
de la Armada española. Quería que fuese vistosa para distinguirse a mucha
distancia desde sus buques de guerra. Al elegir entre otras una con los colores
rojo y amarillo, mediante un Real Decreto firmado en el Palacio Real de
Aranjuez el 28 de mayo de 1785, algunos historiadores dicen que fue para
homenajear a la que fue de la Corona de Aragón por su expansión y colonización
por el Mediterráneo. El original de todas las banderas presentadas se conserva
en el Archivo del Museo Naval de Madrid y sólo se enseña en contadas ocasiones.
A partir de 1793 empezará a ondear también en plazas, castillos y otras
instalaciones de la Armada.
Posteriormente, fue la reina Isabel II quien decidió en 1843 que esa
bandera rojigualda fuera la bandera de España para todo, no sólo para uso de la
Armada.
La bandera de España es la que ondea en los edificios oficiales de las
diferentes Administraciones Públicas y Poderes del Estado, la que se usa en las
instalaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las que
enarbolamos orgullosos cuando la Selección Española de cualquier especialidad
deportiva juega un partido contra una Selección extranjera rival.
Hace unos años Pedro Sánchez dio un mitin en Barcelona con una enorme
bandera de España situada en el escenario desde donde se dirigía a militantes y
simpatizantes. Tuvieron que pasar casi 40 años desde las primeras elecciones
democráticas después del franquismo para darse cuenta que la bandera de España
es de todos, porque hasta ese momento parte de la izquierda se negó a usarla en
sus actos oficiales, como si estuviera mal visto. El PSOE no ha vuelto a
enarbolar una bandera española en un mitin y ahora - con sus socios
parlamentarios independentistas - tardaremos mucho tiempo en volverlo a ver.
El PSOE de Sánchez se olvida de la bandera roja y gualda de España y
Podemos la reivindica. Qué cosas. Hace unas semanas Iñigo Errejón, entonces aún
Podemista y su candidato a la Comunidad de Madrid, manifestaba en unas
declaraciones su propósito de usar la bandera española en sus mítines y
manifestaciones políticas diciendo que “en otros países, cuando se manifiestan
por la igualdad de derechos, lo hacen con su bandera” y añadió que “lo veo en
Francia y eso me da envidia, yo quiero eso”. Quien te ha visto y quién te ve,
Sr. Errejón. ¿Qué dirá ahora después de comunicar a Podemos que pasa a formar
parte de la Plataforma de Manuela Carmena - actual alcaldesa de Madrid - como
candidato para la Comunidad Autónoma madrileña por la candidatura de Más
Madrid?.
La opinión pública en general reivindica que ningún partido político se
apropie la bandera española como propia porque es de todos. También lo hace la
izquierda, claro que un poco tarde, pero rectificar es de sabios, y es
bienvenido. Que PP, Ciudadanos y Vox la usen orgullosos en sus manifestaciones
políticas no tiene por qué significar que la izquierda no la use en las suyas.
Y ya que la bandera española es de todos, todos debemos protegerla y
reivindicar que se legisle para que nadie pueda ultrajarla, ni maltratarla, ni
quemarla, ni trocearla, … ¿Se imaginan ustedes quemar una bandera de EEUU o de
Francia en un acto público de esos países sin que la policía detenga a los
presuntos delincuentes?. No es ni siquiera imaginable.
La bandera española es una de las señas de identidad de los españoles
y, por tanto, es uno de nuestros tesoros colectivos que tenemos que mimar
porque es “una bandera que simboliza al conjunto de Nuestra Nación y que es
signo de su soberanía e independencia, de su unidad e integridad”, en palabras
del rey Felipe VI en su discurso de la Pascual Militar el pasado 6 de enero en
el Palacio Real de Madrid, añadiendo que es “una bandera de todos, cuyo escudo
es reflejo de nuestra historia y diversidad, y que representa también nuestra
confianza en el futuro, nuestro deseo de seguir construyendo una sociedad libre
y democrática de acuerdo con los principios recogidos en nuestra Constitución
aprobada por los españoles en 1978”.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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