Ni todo el oro del mundo. Ni la mayor de las fortunas. Ni el resplandor de las joyas más brillantes. Ni el mejor de los tesoros. Nada es comparable con la sonrisa de un niño.
En este día, festividad de San José, en la que se celebra el día del Padre, la sonrisa de mis hijos ha sido el mejor de los regalos. Sonreír a la vida y a su padre, embobado con sus movimientos, con sus gestos, con sus alegrías.
En este pequeño Parque de Atracciones urbano de Alicante, rodeados de niños y niñas que reclaman el cariño de sus mayores. Bajo el mismo sol, con la brisa marina. Con los colores del mediterráneo en el cielo, en el mar.
En este día, festividad de San José, en la que se celebra el día del Padre, la sonrisa de mis hijos ha sido el mejor de los regalos. Sonreír a la vida y a su padre, embobado con sus movimientos, con sus gestos, con sus alegrías.
En este pequeño Parque de Atracciones urbano de Alicante, rodeados de niños y niñas que reclaman el cariño de sus mayores. Bajo el mismo sol, con la brisa marina. Con los colores del mediterráneo en el cielo, en el mar.
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