Sobre los restos de una fortaleza romana. Sobre un cerro, a unos 40 metros desde la orilla del mar. Este mar tan cercano, frontera de aventuras y de peligros. Este mar que le vio nacer. Que acarició sus muros en días de crecida. Que salpicó sus almenas en días de tormenta. Que cantó bellos poemas a las damas de su corte. Este mar que trajo a grandes señores. También a peligrosos bandidos. Este mar sigue admirando sus torres y las grietas que el paso del tiempo ha dejado en sus piedras.
Es el castillo de Sohail. Junto a la desembocadura del río Fuengirola y la población del mismo nombre. Hoy es un punto de referencia en la Costa del Sol. Ayer, protagonista de la historia de España contada desde esta costa. Con sus acontecimientos, con sus protagonistas. Con sus historias particulares.
Porque por aquí pasaron muchos pueblos, muchas culturas. Fenicios, Romanos, Arabes, Cristianos. Muchos sueños, muchas ilusiones. Muchas ambiciones, también. Los muros de este castillo tienen su origen en una alcazaba árabe. Fue Abderramán III, en el 912, quien los mandó construir. Los musulmanes la bautizaron Sohail, nombre que procede de una estrella de la constelación de Argos.
Junto a estas paredes, bajo estos techos. Se llegaron a importantes acuerdos que iban a marcar las vidas de los pobladores de entonces. Como aquél pacto de 1430, firmado entre Yusef I de Granada y Enrique II de Castilla, para fomentar el comercio entre ambos reinos. No mucho después no bastaron las palabras para convivir unos y otros. Fue en 1485 cuando fue conquistado por los cristianos, al mismo tiempo que se producía la ofensiva contra el reino nazarí de Granada. Y con la conquista vino la pacificación de la zona. Con la paz, la necesidad de repoblación. Con la repoblación, un orden que establecer. En 1513 se crea el título Señorial de La Fuengirola, otorgado a Bartolomé de Briones, Aposentador de Juana I de Castilla (Juana la loca); confirmado en 1525 en Sancho de Briones, hijo del anterior, Aposentador del emperador Carlos I. En 1520 Sancho de Briones vende este Título Señorial, con las 19 casas de dentro y alrededor del castillo, al Capitán Juan de Pacheco Vallejo, además Alcailde de la fortaleza. En 1548 se constituye el Mayorazgo de Pacheco que incluye el Señorío de Fuengirola y la Hacienda Pacheco, territorio este que formaba parte de los actuales municipios de Mijas y de Fuengirola. En 1581 se integra en este Mayorazgo el Señorío de Casares.
Junto a estas paredes, bajo estos techos. Se llegaron a importantes acuerdos que iban a marcar las vidas de los pobladores de entonces. Como aquél pacto de 1430, firmado entre Yusef I de Granada y Enrique II de Castilla, para fomentar el comercio entre ambos reinos. No mucho después no bastaron las palabras para convivir unos y otros. Fue en 1485 cuando fue conquistado por los cristianos, al mismo tiempo que se producía la ofensiva contra el reino nazarí de Granada. Y con la conquista vino la pacificación de la zona. Con la paz, la necesidad de repoblación. Con la repoblación, un orden que establecer. En 1513 se crea el título Señorial de La Fuengirola, otorgado a Bartolomé de Briones, Aposentador de Juana I de Castilla (Juana la loca); confirmado en 1525 en Sancho de Briones, hijo del anterior, Aposentador del emperador Carlos I. En 1520 Sancho de Briones vende este Título Señorial, con las 19 casas de dentro y alrededor del castillo, al Capitán Juan de Pacheco Vallejo, además Alcailde de la fortaleza. En 1548 se constituye el Mayorazgo de Pacheco que incluye el Señorío de Fuengirola y la Hacienda Pacheco, territorio este que formaba parte de los actuales municipios de Mijas y de Fuengirola. En 1581 se integra en este Mayorazgo el Señorío de Casares.
Por su cercanía al mar, Fuengirola y su castillo sufrieron diversos ataques por los piratas, destacando los del legendario Barbarroja. Por esto, el rey Carlos I mandó construir el foso.
En 1810 las tropas de Napoleón tomaron el castillo con una poderosa guarnición. Volvió a manos de las tropas españolas en 1812. Con la desamortización de Madoz, en 1855 el Estado vende el castillo y sus tierras a Manuel Cebrian quien, a su vez, se lo regala a Dña Bárbara de Obregón y de la Puente, Condesa viuda de San Isidro. En 1985 fueron vendidos el castillo y sus tierras a un Promotor de Fuengirola. Este vendió el castillo al Ayuntamiento de Fuengirola, su actual propietario.
El castillo tiene planta poligonal, con torres altas y estrechas en sus esquinas. Ninguna tiene las características de una torre del homenaje. La puerta-torre destaca por su estructura defensiva. Se accede a ella tras superar una rampa. Esta puerta tiene diversos elementos defensivos y es la de mayor tamaño que las demás.
El castillo tiene planta poligonal, con torres altas y estrechas en sus esquinas. Ninguna tiene las características de una torre del homenaje. La puerta-torre destaca por su estructura defensiva. Se accede a ella tras superar una rampa. Esta puerta tiene diversos elementos defensivos y es la de mayor tamaño que las demás.
El patio de armas del castillo se convierte, desde 1995, en un auditorio. En él se celebran todos los años el Festival Ciudad de Fuengirola.
A los pies de las murallas del castillo, un moderno puente une ambas riberas del r'io Fuengirola. Desde aquí, el paseo marítimo y la playa. Con chiringuitos y restaurantes. Con sombrillas y toldos. Con patinetes y motos acuáticas.
Hoy (por hace algunos meses) nos dejamos guiar por los ecos de fama de La cocina del Chipriota. Calles y plazas nos irán acercando cada vez más a su cocina. En su carta, platos variados y originales. "Meze" Menú degustación 20 platos diferentes, Moussaka, Kleftico ... El dueño, el sr. Avedissian, nos advierte de las salsas picantes. Le guiña un ojo a mi hijo Carlos, que se ha hecho el valiente con ellas. Con una sonrisa se retira, se va a otra mesa. Y es que Avedissian se acerca a tu mesa, con un trato familiar, sin molestar. Mientras las viandas van desapareciendo de los platos, vemos pasar a los transeúntes. Sentados en la terraza hemos visto cómo se ha ido llenando el restaurante, cómo hay gente esperando que terminemos para sentarse ellos. Y es que la fama de Avedissian no es sólo por su comida. Después de los postres, te recomienda tomar café. Es negro tizón, con un fuerte sabor. Nos hace una recomendación: cuando lo bebamos, le demos la vuelta a la taza y la sujetemos con las dos manos contra el plato. Al rato, se sienta en una silla junto a nuestra mesa, le da la vuelta a la taza y con los dibujos del poso nos lee nuestro presente y futuro. No es una tontería. A mi mujer y a mí nos relató unos acontecimientos reales y futuros que se cumplieron. Si a nosotros nos sorprendió, imaginaros a mi hijo con cinco años. Después de la cena, un nuevo paseo cerca de la playa, con la caricia del mar. Ese mar que nos volverá a ver caminar por esta tierra.
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Restaurante Ls Cocina del Chipriota, calle Moncayo, 35. Fuengirola. Tel'efono 952462256.
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