miércoles, 13 de agosto de 2008

monte Bateig: refugio de Montañeros y Senderistas

Bateig, refugio de Montañeros. Montañeros de Elda, que en sus ratos libres se dedican a hacer más agradable al caminante rincones montañosos de este municipio. En el Pocico del Tío Alonso, que visitamos hace unos días. En el Monte Bateig, que hoy os cuento en estas líneas.

Elda está en la comarca del Medio Vinalopó, al noroeste de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana. La ciudad está en el valle del río Vinalopó, rodeada de un circo de montañas. Las más importantes son las sierras del Cid, el Caballo y el Maigmó por el este; por el noroeste, la Torreta, el Monastril, el Bolón y Camara; y al sur, el monte de Bateig y la Peña del Sol.


Hoy subimos el monte de Bateig para que conozca los rincones que han acondicionado en él los Montañeros de Elda. Para el mejor disfrute de estos parejes. Cuando por primera vez me lo contaron Pedro y Jesús, uno se imagina muchas cosas. Allá arriba los Montañeros han hecho refugios en donde pasan las horas disfrutando del monte, lejos de los ruidos urbanos. Rincones en donde juegan al dominó. Donde nacen tertulias con temas dispares. Donde se pueden duchar en los días más calurosos. Donde dejan pasar las horas bajo la sombra de los pinos, los pocos pinos que adornan el monte. Donde maquillan el paisaje con esculturas. Pero no imaginemos lo que han hecho que seguro que no acertamos. Acompañarme en esta nueva aventura senderista.

Dejamos a la izquierda una carretera que lleva a la Peña del Sol. Después de pasar por debajo la autovía a través de un pequeño túnel, empezamos a subir por un sendero empinado. Pasamos cerca de una grieta entre las rocas. Hace unos cuarenta años por esa grieta caía una cascada de agua. Un pequeño salto que se remansaba más abajo en una poza. Hace cuarenta años el dueño de estas tierras se bañaba en esas aguas. Hoy sólo quedan los rastros de la erosión que produjo el agua.


Ascendiendo por el sendero nos encontramos con otro, marcado por piedras a ambos lados. Aquí empiezan los dominios de los Montañeros. Aquí vemos las huellas de su dedicación. Aquí empezamos a compartir el resultado de su obra. Aquí empieza a volar mi imaginación de las sorpresas que me esperan mas arriba. Sorpresas que conocen Pedro y Jesús y que no dicen para que las vaya descubriendo poco a poco.

Unas piedras planas, verticales, marcan por donde hemos de pasar. Unos escalones naturales. Un ascenso complicado, empeorado por el intenso calor. No hay sombras donde refugiarnos. A nuestra derecha el paisaje no acompaña. Junto a las canteras de mármol de Elda, un paisaje de secano, casi desértico. Al llegar arriba, un pilón artificial. Unas piedras encima de otras, en equilibrio, en forma de cilindro. Frente a nosotros la sierra de Los Chaparrales con antenas de telecomunicaciones, la sierra del Cid, la Sierra del Caballo. Doblamos a la derecha. Algunas matas y unas rocas nos regalan un poco de sombra. Me indican que no me apure, que más adelante nos recuperaremos con una ducha.








Un sendero bordeando una pequeña pared. Un pequeño madroño. Unos pequeños pinos, higueras, olivos, rodeados de unas piedras, plantados por los Montañeros. Estos recogen agua de lluvia en una cubeta natural que luego guardan en bidones de plástico. Su contenido lo introducen en un bidón más grande, perforado por una manguera con un grifo. Abriendo este, un chorro de agua, milagroso. Un oasis. Nos refrescamos. Agua que nos acaricia. Agua que nos alivia de estos calores. Mano de Santo.

Junto a una gran roca, unos asientos y mesas de piedras. Unas losas para jugar al dominó. Sobre la roca, la bandera de España. En una pequeña cavidad, la virgen María y el niño. Un gran niño Jesús. Una placa con un interesante mensaje firmado por Sergio Cano Navarro. Más atrás, una piedra vertical separa dos senderos, dos direcciones. Calle Colón a la izquierda. Calle Jardines, la que cogemos, a la derecha. Todos los senderos tienen nombres de calles. Pequeños espacios abiertos con nombre de Plazas de Elda. Sagasta, Castelar, … Por la calle Jardines llegamos a un refugio cubierto, en construcción. Guirnaldas con adornos de navidad y tazas de latón cuelgan del techo. Asientos y mesas de piedras. Desde su ventana imaginaria, vemos otras mesas y asientos bajo los pinos, desperdigados por la ladera. Algunos con nombre. El llamado Merendero de los Amigos de Bateig. También, en recuerdo de una famosa tasca ya desaparecida, la de El Lelo.





Y lo que algunos niños de Elda llaman el cementerio de los elefantes. Piedras verticales por aquí y por allí. A este paraje lo bautizo de otra manera. Mi imaginación corre deprisa. Es cierto que las comparaciones son odiosas y muchas veces la percepción de cada uno es distinta del otro. Pero estas piedras colocadas de forma vertical unas sobre otras me recuerdan esculturas. Esculturas arcaicas. Esculturas realizadas por una cultura superior. Por eso lo llamo “la pequeña isla de Pascua”. Me diréis que es una exageración. Pero es lo que se me ha ocurrido improvisando, sin pensarlo mucho. Y creo que es un acierto. Una cultura superior. Lo es también recuperar estos eriales al disfrute del senderista. No hay vallas, ni muros, ni puertas, ni candados que cierren el monte, ni estas instalaciones de piedras. Todo es libre, como libre es el caminar por este paraje. Como es libre un conejo, de lomo marrón y vientre blanco, que se nos cruza veloz ladera abajo. Y libre es la imaginación del escultor para realizar estas figuras.

Unas figuras estilizadas. Otras regordetas. Unas altas y otras bajas. Unas en forma de pirámide. Otras cilíndricas. Otras … En realidad todos nos reflejamos un poco en ellas. En nuestras manifestaciones. En nuestras ambiciones. En nuestras ganas de compartir estas sensaciones. Y la despedida a este bello entorno no podía ser de mejor manera. Unas piedras que se recortan sobre el horizonte. Unas rocas que acarician las nubes y el cielo.































































2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tantos años viviendo en Elda y aun no he subido...

Me enteré de la existencia de los senderos por el libro de fotos aéreas "Elda una mirada desde el cielo":

http://cefirelda.infoville.net/eniusimg/enius4/2008/751/adjuntos_fichero_144397g.jpg

Un saludo!

paskki dijo...

Gracias por la infromación. Ojearé esas fotos. Algún sendero descubriré desde el aire para visitarlo entre amigos. Saludos.

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