domingo, 8 de marzo de 2020

Bardín, Estadio del Hércules F.C.



Hay fechas en la historia de la ciudad de Alicante que son importantes para los alicantinos. La que hoy les voy a contar tiene que ver con el deporte. Sean forofos, aficionados o meros espectadores, todos sentimos en nuestra piel los éxitos y los fracasos de nuestro equipo de fútbol local. Y lo es más para mi si cabe, y si me lo permiten, porque uno de los protagonistas de esa fecha forma parte de mi familia. Ya verán. Pero antes de llegar a ese acontecimiento permitan que les cuente los antecedentes.

El balompié es el deporte estrella desde que nació allá por el año 1863 en Inglaterra y por serlo se ha desarrollado por todo el mundo. Es por esto que muchas de sus noticias tienen una mayor repercusión.

Es interesante echar la vista atrás y ver los orígenes del Hércules FC (Football Club Hércules), según su original denominación, y quienes fueron sus principales protagonistas desde su fundador Vicente Pastor, “el chepa”. Dejen que les cuente antes algunos detalles curiosos. Su camiseta inicial no tenía los colores actuales. La primera fue una camiseta con franjas verticales rojo y blanco que es la que usaban en sus partidos oficiales y tenía un escudo totalmente distinto al actual. Es a partir del año 1927 cuando “heredó” el escudo y la camiseta de franjas verticales azules y blancas que antes lo fueron del Club Natación Alicante. Este club desapareció después de unos partidos de fútbol conflictivos con una posterior e importante sanción de la Federación valenciana, y el Hércules F.C. acogió buena parte de sus aficionados, socios y el campo en el barrio de la Florida - también llamado de La Viña - donde jugaban los partidos de fútbol cuando lo hacían en casa.

De la misma manera que hubo cambios en su nombre, en su escudo y en su indumentaria, el Hércules no siempre jugó en el mismo campo de fútbol. Del de la Florida antes citado pasó al denominado Estadio Bardín, un campo de nueva construcción. Y así fue porque Renato Bardín Mas, entonces tesorero del Hércules, ante la necesidad de un campo de fútbol más grande, convenció a su padre René Bardín Deville, empresario francés afincado en Alicante, para construir dicho estadio en unos terrenos de su propiedad ubicados en lo que hoy conocemos como barrio de Alipark. El arquitecto fue Juan Vidal. Se construyó un estadio para 8.000 espectadores (que luego se amplió a 12.000) con un coste final de 200.000.- pesetas (1.200.- eu). Para su construcción se emplearon cemento armado, madera y vigas de metal. En la zona de palcos y la tribuna las localidades eran sentadas. La grada sur fue conocida como “portería del cuartel” porque colindaba con uno de los muros del Cuartel del Regimiento de Infantería de San Fernando 11; la grada norte se la nombraba como “portería de la vía” ó “portería de la cerámica”. El fondo del Cuartel tenía cómodas gradas de madera de seis alturas y con respaldo la última. El fondo de la cerámica era para estar de pie. Tenía un pequeño “bar repostería Stadium Bardin” a cargo de Francisco Llorca y Manuel Pastor. De forma rectangular, se le llamó la “bombonera” por la ciudadanía por lo parecido de su diseño a una caja de bombones.

El estadio Bardín fue inaugurado el 18 de septiembre de 1932 ante numeroso público y diversas autoridades, entre ellas Lorenzo Carbonell, Alcalde de Alicante, la Junta Directiva al completo con Antonio Larrinaga Gorostiza - su Presidente - a la cabeza, junto con prensa local y corresponsales gráficos. Eran las 16 h de la tarde en un día soleado. Por megafonía el locutor avisó que se iba a proceder al acto de la inauguración y le cedió la palabra al Vicesecretario de la Junta Directiva quien manifestó, entre otras cosas que “el día de hoy es de júbilo para los deportistas alicantinos. La inauguración del estadio representa una espléndida aportación que facilitará el desarrollo del deporte entre nosotros. El magnífico campo que desde ahora cuenta Alicante se debe a la esplendidez y desprendimiento de D. Renato Bardín Delille que ha querido demostrar con hechos su amor a nuestra ciudad y al deporte”. Dicho esto, fue interrumpido por un largo aplauso. Después siguió diciendo que “la Directiva del Hércules quiere, en esta ocasión solemne, reiterar a este entusiasta deportista el testimonio de su gratitud; al mismo tiempo envío un respetuoso saludo a las autoridades locales y así mismo dedico un mensaje efusivo a las federativas que, juntas hoy en las tribunas, honran con su presencia el partido de inauguración. Y para los deportistas todos, tanto forasteros como para los de casa, un saludo cordial de este club alicantino que aspira a enaltecer a Alicante y al Deporte. ¡Viva Alicante!. ¡Por el Hércules, hip, hip, hurra”. Palabras estas manifestadas por Pascual Rosser Guixot (mi abuelo paterno), que fueron seguidas de un emocionado aplauso de los presentes que duró varios minutos. Seguidamente, Ricardo Zamora, Capitán del Madrid y guardameta también de la selección nacional, mandó un saludo a la afición herculana. Al terminar fue Ramonzuelo, Capitán del Hércules quien se dirigió a los asistentes, agradeció a la Directiva su confianza y prometió grandes logros de su equipo.


Después el Alcalde Lorenzo Carbonell, acompañado de Renato Bardin Mas y de toda la Directiva, cortó la cinta de acceso al campo que tenía los colores de las banderas de Francia, España y Alicante. Posteriormente, Lola Bardín García, de 14 años y vestida con la camiseta del Hércules, hizo el saque de honor. Se inauguraba el estadio con un partido de fútbol entre el Hércules y el Madrid cuyo resultado fue de 0-2. Los jugadores de la alineación del Madrid fueron Zamora, Ciriaco, Quincoces, P. Regueiro, Valle, Ordóñez, Lazcano, L. Regueiro, Bestit, Hilario y Quiroga. Por el Hércules los jugadores fueron: Jover “el Plancha”, Torregrosa, Maciá, Páez, Gámiz, Tarrasa, Ramonzuelo, Nieto, Gorgé, Aracil y José Maciá. El árbitro fue el murciano Manolo García Calvo.


Tres años después de esta inauguración el Hércules alcanzaba el apreciado ascenso a Primera División por primera vez en su historia (1935). Y con ella este equipo tiene sus años de gloria y otros de desilusión, sus momentos imborrables en la memoria colectiva de su afición y sus horas más amargas. Así es como se va construyendo la historia de un club de fútbol que va sumando años conforme va creciendo su afición y su empeño por alcanzar éxitos memorables.

Pero todo tiene un final, Así, el 27 de junio de 1954 12.000 herculanos acudieron a Estadio Bardín para disfrutar del fútbol y para despedir a este campo que tantas buenas tardes de buen deporte habían visto los alicantinos sobre su cesped. Iba a ser el último porque después de este, se jugarían los partidos de fútbol de este equipo en el campo de La Viña ampliado para 18.000 espectadores. El día de la despedida del estadio Bardín, el Hércules jugó contra el Osasuna en liza para subir de nuevo a Primera y se consiguió. Volvía el Hércules a esa División de honor. Buena despedida para este estadio Bardín, emblemático en la historia de este Hércules y tan apreciada por los alicantinos que quieren, queremos, volver a verlo jugar en Primera División entre los mejores. Que así sea.


Este artículo ha sido escrito con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Plaza.

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