Por fin, Elecciones
Generales. Es lo que mayoritariamente quiere el pueblo español, aunque desde el
Gobierno no querían verlo ó no les convenía ó querían alargar la legislatura
para no ser el Gobierno más efímero de la democracia española. Ya ven, que no hay
más ciego que aquel que no quiere ver. Pedro Sánchez prometió las Elecciones
Generales incluso antes de ser Presidente pero no cumplió su palabra una vez le
nombraron Presidente del Gobierno. Parece un juego de palabras, pero saben que
no lo es.
Que Pedro Sánchez
fuera Presidente del Gobierno a través de una moción de censura es legal y
constitucional, aunque no gustara a quien perdió el Gobierno. Pero gobernar con
una representación parlamentaria tan pequeña, ha supuesto una tensión
permanente por falta de apoyos parlamentarios. Me dirán ustedes que pongo al
“carnero por delante” ”según el argot popular, sin ánimo de ofender por
supuesto, pero lo cierto y verdad es que ha sido una Presidencia muy
personalista aunque su gobierno lo forman 11 mujeres y 6 hombres, muy
profesionales en lo suyo pero no tan políticos en lo de todos, con alguna
excepción.
Ahora Pedro Sánchez
convoca unas elecciones generales a todos los españoles. En la fecha que parece
que beneficia al PSOE. El efecto Moncloa suma y las encuestas le dan un
resultado mejor del que tenía el PSOE cuando era el primer partido de la
oposición. Este si que es un mérito de Pedro Sánchez y de su equipo: de estar
en intención de voto el tercero o el cuarto en litigio con Podemos a estar
ahora en primera posición con una escasa diferencia con el segundo que en este
caso es el PP. Les favorece la crisis de
Podemos y la falta de credibilidad de Pablo Iglesias, que suma al PSOE. Podemos
se queda sólo, no puede evitar la huida de algunos de sus líderes como tampoco
la de alguna de sus confluencias. Sánchez aún no ha ganado ninguna de las
Elecciones Generales a las que se ha presentado como Secretario General del
PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno de España, ahora tiene una
oportunidad de conseguirlo. Pronto veremos en qué queda el resultado de la
izquierda en las próximas elecciones.
La intención de voto
por el centro y las derechas también tiene sorpresas con la irrupción de Vox,
parece que de forma contundente. Según algunas encuestas, Vox le quitará unos
20 escaños al PP. Por su parte Ciudadanos sube unos 30 escaños al quitarle a PP
y al PSOE al estar más centrado en su mensaje y sus maneras. Y aunque el PP
parece que es el que más pierde, este resultado favorece a ese partido y a
Pablo Casado en sus aspiraciones a la Presidencia del Gobierno de España. El
Gobierno autónomo en Andalucía es un ejemplo.
Pero ¿cómo hemos
llegado hasta aquí?, ¿por qué Sánchez no ha tenido más remedio que convocar
elecciones generales anticipadas?. Le han fallado algunos de sus socios de la
moción de censura. Pedro Sánchez y su Gobierno han bajado la tensión con el
Gobierno Autonómico de la Generalitat catalana buscando un entendimiento
político. Sin embargo, la opinión pública veía lo que no percibía el Gobierno:
que Torra y su gobierno son insaciables y que tienen un solo objetivo: la
independencia de Cataluña. No atienden a razones constitucionales. Al votar los
independentistas en contra del proyecto de ley de los Presupuestos Generales
del Estado han forzado a unas Elecciones Generales. Ya dijo el prófugo Puigdemont que para sus
pretensiones independentistas “cuanto peor, mejor”, aunque su irresponsabilidad
no les sume intención de votos ni mejore
su resultado en las urnas a nivel nacional.
En el aire queda la
pregunta de si Pedro Sánchez volverá a pactar con quien haga falta después de
las elecciones, incluso otra vez con los independentistas, para volver a la
Moncloa como Presidente del Gobierno. Los partidos nacionalistas catalanes han
engañado a Sánchez como han querido, le han dejado gobernar para comprometerle
en decisiones importantes, dejando entrever posibles acuerdos “secretos” entre
Torra y Sanchez como la polémica del relator.
En la vida como en
política no vale todo a cualquier precio. Las alianzas tienen que ser
coherentes, es peligroso pactar con el diablo entendiendo a este como aquél que
quiere la ruptura de España.
A los que nos gusta
navegar a vela, cuando el mar está revuelto y el viento aprieta, recordamos
aquello que mencionó Wagner en su ópera “El holandés errante”, “el que confía
en el viento, confía en la misericordia del diablo”. Pues eso.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press
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