El rey ha
demostrado, una vez más, ser un gran Señor y estar en su sitio como Jefe del
Estado representando a todos los españoles ante la intolerancia, el desprecio,
la indiferencia, incluso la mala educación de algunos.
Durante la
inauguración del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona el pasado domingo
tanto Torra como Colau no quisieron recibir al rey en el protocolario
besamanos, incumpliendo Torra su función de representante del Estado en
Cataluña y Presidente de la Generalitat de todos los catalanes y Colau como
alcaldesa de todos los ciudadanos de Barcelona.
Una vez dentro del
recinto de la MWC, el rey fue a su encuentro y saludó a Torra y a Colau como
autoridades autonómica y local, respectivamente, ante responsables del GSMA,
entidad organizadora de esta Feria, y diversas autoridades. Y ellos les
correspondieron saludando al rey. Claro que esa vez no había reporteros
gráficos para fotografiar este gesto. Torra, con una mirada distraída esperando
no hubiera cerca una cámara de fotos que inmortalizara este momento. Colau, con
una sonrisa gamberra y traviesa. Sin pretenderlo, protacolizaron el saludo. Una
vez más Torra y Colau demostraron su presunta hipocresía.
Durante la cena el
rey manifestó en su discurso que España “es reconocida mundialmente como una
democracia plena”. Hasta las ideologías contrarias a la Monarquía Parlamentaria
caben en la Constitución española siempre que defiendan sus intereses desde el
cumplimiento estricto de la ley dentro del ordenamiento jurídico español.
A la mañana
siguiente, el rey Felipe VI, acompañado de Pedro Sánchez, Presidente del
Gobierno, visitaron la Feria y el pabellón de España, con la ausencia a este de
Torra. Otro desplante sin sentido. Con actitudes como esta Torra anima a
aquellos que proponen llevarse el MWC a una nueva ubicación en ciudades españolas como
Zaragoza, Madrid ó Valencia. El Estado español aporta 165 millones de euros en
subvenciones para que el MWC se celebre en España, y hasta ahora en Barcelona,
por lo que siempre tendrá algo que decir en su organización. El que juega con
fuego se quema y Torra va camino de quemarse en su propio infierno.
El rey Felipe VI no
perdió el tiempo en Barcelona con nimiedades. Invitó a un almuerzo privado en
el Palacio Albéniz, también llamado Palacio Real de Montjuic, a directivos de
GSMA y de diversas empresas que han participado en esta Feria como Telefónica,
Microsoft, Grupo Orange, Bharti Enterprises, HTC, Daimler AG Mercedes Benz, …
Entre los invitados también estaban el Presidente del Comité Olímpico
Internacional y la Secretaria General Adjunta de Naciones Unidas. A estas
reuniones siempre hay un representante del Gobierno español, en este caso la
Ministra de Economía y Empresa. En esta reunión a puerta cerrada el rey preguntó
por las preocupaciones y necesidades de sus invitados en un coloquio abierto.
Posteriormente, se hace un acta del contenido de la reunión y se trabaja sobre
sus conclusiones.
No es la primera
vez que el rey Felipe VI ha reunido en el Palacio Albeniz a un nutrido grupo de
empresarios para que le cuenten sus inquietudes. Por cierto, este Palacio lo
construyeron los barceloneses para el uso de la Corona española. Lo estrenó el
rey Alfonso XIII durante la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. El
rey recibió allí a las autoridades de los países participantes en dicha
Exposición y estuvo hospedado en este palacio para estar dentro del recinto de
la Exposición, no acudiendo al Palacio Real de Pedralbes que lo fue desde 1924,
también donado por la ciudad de Barcelona para uso de la Familia Real española.
Por la noche,
después del almuerzo, el rey Felipe VI participó en Barcelona en el homenaje a
Mariano Puig, empresario catalán de solera y larga trayectoria empresarial, al
que le entregó el Premio Reino de España ante un nutrido número de personas del
mundo empresarial, de la cultura y de la política catalana.
El rey haciendo
patria. Torra arruinando a Cataluña con su presunta actitud intolerante,
ahuyentando a la inversión extranjera y provocando el constante goteo de fuga
de empresas a otras ciudades españolas. Esta forma de actuar no es la mejor
manera de servir a todos los catalanes que representa, sin distinguir
ideología, clase, credo ó condición.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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