como en un cuento navideño

 

Después de recorrer con mi familia caminos nevados por el Valle de Guadalest (provincia de Alicante), subimos y bajamos el Puerto de Confrides y la sorpresa es extraordinaria. El manto de nieve blanquea picos, laderas, vaguadas, … Todo. Un bello espectáculo de la naturaleza después de las nevadas del martes y sábado, 14 y 19 de diciembre del 2009 respectivamente.

 

Las antenas y radares de la base Aitana. Los tejados blancos de Ares del Bosque, un pueblecito que estuvo a punto de desaparecer hace algo más de una década y que ha recuperado casas y vecinos.

A lo lejos, un pueblo cubierto de nieve hasta tal punto que parece que se aferre a la tierra con la que se confunde. Como en un cuento navideño. Alcolecha, pueblecito situado en la vertiente noroeste de la sierra de Aitana, en la comarca de Cocentaina. Sus casas se disputan apiñarse más a la torre del que fue palacio del Marqués de Malferit ó la de la iglesia. Campos de almendros desnudos, de olivos pelados, en ambos lados de la carretera, donde el suelo del campo, nevado, se confunde con la niebla del declinar de la tarde.

Penáguila sale a nuestro paso. Pueblo situado en la vertiente occidental de la sierra de Aitana, en la comarca de la Hoya de Alcoy. Recorriendo su contorno recuerdo los olores de este pueblo. Los del pan recién hecho del horno de los padres de mi amigo Enrique Brotons (Panadería EBIA: Enrique Brotons e Ignacia Alonso) en la calle de Virgen de Patrocinio nº 9. De los fogones del Restaurante Penáguila, a la entrada del pueblo, al que sus vecinos acuden a desahogar sus preocupaciones del campo, a disputar sus aficiones deportivas, a degustar de sus recetas. El agujero de Santa Lucía, arriba en la montaña, por donde se cuela el sol el día de esta santa, también polvoreada de nieve.

Alargándose la carretera, la torre de la iglesia de Benifallim nos marca la ruta. Entre la niebla y el hielo que se está formando en la carretera, cuando estamos a dos grados bajo cero. Pueblo situado en las faldas de la sierra del Rontonar, en la parte occidental de la sierra Aitana, en la comarca de la Hoya de Alcoy. También, vestido de blanco inmaculado. Al acercarnos aparece la torre del homenaje que fue del castillo, de planta cuadrada, se aferra al promontorio rocoso donde se mantiene contra el paso del tiempo. Pueblo que casi desaparece con la expulsión de los moriscos, pervive, mirando al campo y al cielo, dando cobijo a sus vecinos y abriendo sus brazos a los que le visitamos, para quedarnos.  Volveremos a encontrarnos entre sus estrechas calles, cerca de las murallas y la torre de su castillo.

En el barranco de la Batalla, dejando atrás el camino hacia Alcoy, sigue la nieve defendiendo su protagonismo hasta poco antes de llegar a Ibi. Y con nosotros, en el parabrisas del coche, nos acompañará hasta el garaje de casa, en Alicante, el muñeco de nieve que mi hija Myriam ha moldeado con sus manos infantiles.