El día después. El paisaje es desolador. Nada queda del bosque de pinos de sus laderas. Nada, del manto verde de las vaguadas, de los barrancos de umbría. Nada, de la vida que guardaban sus ramas, sus troncos. Nada de los animalillos que vivían bajo sus raíces.
Las montañas se han vestido de luto. Una capa negra cubre sus tierras. El viento, que no cesa, es un puro lamento. No roza con las hojas de los árboles, porque no quedan. Ni con las ramas, ni con las copas de los pinos, porque están rígidas. Aún, los árboles se balancean, pero el viento no nos susurra, ni nos canta. Ni nos acaricia nuestra cara. Ni limpia el horizonte. El viento ha sido el aliado del fuego, ha sido consecuencia de este desastre.
Afectados del lugar. Niños, mayores, ancianos, nos cuentan su experiencia. Aún hay miedo en sus miradas. Aún se les escapan las lágrimas cuando nos narran su desgracia. Cuando las bolas de fuego pasaban por encima de sus cabezas cambiando el rumbo de las llamas. Cuando el humo les asfixiaba. Cuando tuvieron que desalojar sus casas y dejarlas a su suerte.
Y aún pudo ser peor. Cuando las llamas llegaron a las mismas puertas de Terra Natura. Cuando alcanzó a urbanizaciones y estuvo a punto de quemar manzanas de casas. Cuando amenazaba quemar pueblos enteros.
Y aún pudo ser peor. Cuando las llamas llegaron a las mismas puertas de Terra Natura. Cuando alcanzó a urbanizaciones y estuvo a punto de quemar manzanas de casas. Cuando amenazaba quemar pueblos enteros.
Hemos visto las causas del fuego y de la impotencia humana. Hemos visto a los técnicos de Iberdrola reparar los cables de alta tensión que arrastraron las torres derribadas por el empuje del viento. Hemos visto vallas publicitarias y señales de tráfico retorcidas por el viento.
Pero ni el viento, ni las llamas, podrán con la esperanza de los hombres. Ni el viento, ni las llamas, podrán con las ilusiones de los hombres. Y dentro de algunos años, algunas décadas, estos parajes volverán a estar verdes con la ayuda del hombre. Dentro de unas décadas estas montañas volverán a tener un manto verde sobre sus laderas.
Pero ni el viento, ni las llamas, podrán con la esperanza de los hombres. Ni el viento, ni las llamas, podrán con las ilusiones de los hombres. Y dentro de algunos años, algunas décadas, estos parajes volverán a estar verdes con la ayuda del hombre. Dentro de unas décadas estas montañas volverán a tener un manto verde sobre sus laderas.
3 comentarios:
Estupendo artículo para una triste noticia.
Saludos.
Es tan triste esta noticia que me quema que esté muchos días de cabecera de este blog. Por eso, ya estoy preparando el siguiente post. Y creo que será una sorpresa. Por lo menos para mí lo ha sido. Tan cerca ... y tan desconocido.
Saludos.
Marcha BTT La Nucía 2008
Misma zona, vistas diferentes.
http://picasaweb.google.es/enriquemartingullon/BTTLaNucA?authkey=N12RDVkFW_Q&feat=directlink
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