Siendo ya Alicante plaza castellana, el rey Jaime I el Conquistador pasó las Navidades de 1263 en esta población, según nos cuenta el Dean Bendicho en su Crónica de 1640 (1).
Pero empecemos desde el principio. Corrían por estas tierras los años convulsos del siglo XIII. El último Gobernador musulmán de Alicante se llamaba Zayyan b. Mardanis. Y lo fue hasta el 644 de la hégira, año que corresponde al 1247 de la era cristiana, según narró el cronista árabe Ibn Jaldún. Zayyan abandonó Alicante por el permanente acoso de las fuerzas del Infante D. Alfonso, hijo del rey Fernando III de Castilla.
cristianos
moros
maquetas de la exposición Alicante descubierta (Alicante bajomedieval)
Castalla
castillo y pueblo de Denia desde su huerta
moros
Una vez que Zayyan se hubo marchado y a instancias de su padre “ el Príncipe D. Alfonso se posicionó de esta fortaleza (el castillo de Alicante) el 4 de diciembre de 1248”, el día de Santa Bárbara, cambiando por este el nombre con el que nombraban los árabes a este castillo, cuenta Rafael Viravens en su Crónica sobre Alicante escrita el 1876 (2).
maquetas de la exposición Alicante descubierta (Alicante bajomedieval)
Por la mismas fechas de la ocupación castellana en Alicante, “sometía Jaime I el Conquistador las plazas meridionales del reino musulmán de Valencia, Biar, Castalla, Jijona, Denia, Calpe, Busot, Aguas, alcanzando el litoral mediterráneo por el Barranco de Aigues”, según nos cuenta Juan Manuel Del Estal (3).
Castalla
castillo y pueblo de Denia desde su huerta
torre de Aigues
Es preciso recordar aquí la limitación de la frontera entre los reinos castellano y aragonés del Infante D. Alfonso (hijo de Fernando III) y el rey Jaime I a través del Tratado de Almizra del 26 de marzo de 1244. Determinaba como pueblos fronterizos la línea imaginaria desde Biar, Villena, hasta la costa mediterránea por el Barranco de Aigues. Esta frontera castellano-aragonesa se respetó durante largos años en una relación de buena vecindad entre los dos reinos. Por estrategias territoriales, por respeto mutuo, por relaciones familiares. No hay que olvidar que Jaime I y el futuro Alfonso X eran suegro y yerno respectivamente, al casarse el segundo con la Infanta Dña Violante en 1246.
el Barranco de Aigues se recorta sobre el mar
El 30 de mayo de 1252 falleció el rey Fernando III de Castilla y I de Alicante, pasando a ocupar el trono su hijo Alfonso, a quien se le conocería como Alfonso X el Sabio. Este rey colmó de privilegios a Alicante. “El 25 de octubre de 1252 elevó la villa a la categoría de las mayores ciudades de Castilla” (2).
Alfonso X el Sabio
Los árabes de Murcia se sublevaron contra el rey de Castilla en 1260, a quien debían vasallaje desde el Pacto de Alcaraz de 1243. Por la importancia de las sublevaciones, el rey Alfonso X pidió ayuda a su suegro el rey Jaime I quien acudió a su llamada junto a un poderoso ejército. “El Monarca de Aragón … se hospedó en una casa propia del Mayorazgo D. Francisco Mingot, que estaba edificado en la Villa-nueva, descansó aquí algunos días … salió con su gente a batir a los árabes (2)”. Bendicho menciona también esta casa como un edificio singular y “por su grandeza y señorío conserva el nombre de Palacio, que lo fueron de los Morales, señores de Finestrat y hoy lo posee D. Gerónimo Mingot, donde celebró las fiestas de navidad de 1263 don Jaime el Conquistador y se alojaba ordinariamente don Alfonso el Sabio (1)”.
Jaime I
En el asedio de Murcia, Jaime I dejó al frente del ejército al Infante D. Pedro. Ante la importante resistencia de los moros de Murcia este Infante levantó el asedio, retirándose con su ejército a Alicante. Enterado el rey Don Jaime vino a esta ciudad “donde pasó las fiestas de Navidad de 1264 (2)”, saliendo el 2 de enero del siguiente año a realizar la conquista de Murcia para su yerno el rey de Castilla, consiguiéndolo después de muchas acciones bélicas. Después de esta victoria, el rey de Aragón “para rendir tributo de gratitud al cielo por los favores que le dispensara en sus bélicas jornadas, el 2 de febrero mandó purificar y bendecir la mezquita que los árabes tenían en la Villa-vieja, dedicándola a la Virgen Santa María en su gloriosa Asunción, cuyo Ministerio era muy reverenciado por la reina Dña Violante (2)”.
Bibliografía consultada:
(1) Crónica de la Muy Ilustre, Noble y Leal Ciudad de Alicante. Dean Bendicho. 1640.
(2) Crónica de la Muy Ilustre y Siempre Fiel Ciudad de Alicante. Rafael Viravens. 1876.
(3) La ciudad medieval. Historia de Alicante (5º Centenario). Juan Manuel Del Estal.
(1) Crónica de la Muy Ilustre, Noble y Leal Ciudad de Alicante. Dean Bendicho. 1640.
(2) Crónica de la Muy Ilustre y Siempre Fiel Ciudad de Alicante. Rafael Viravens. 1876.
(3) La ciudad medieval. Historia de Alicante (5º Centenario). Juan Manuel Del Estal.
2 comentarios:
Passki este artículo histórico es muy interesante. ¿Te animas a publicarlo también en Alicante Vivo?
Un saludo y felices fiestas!
Encantado de colaborar con vosotros. Ya te lo he mandado por correo electrónico. Felices Fiestas. Un abrazo.
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