Hoy, día de Santiago Apóstol patrón de España, se cumplen cinco siglos
de una de esas historias que merecen ser contadas una y otra vez: el inicio de la
expedición Loaysa-Elcano, la segunda circunvalación al mundo. Sí, Elcano, el mismo marino vasco que en 1522 se
convirtió en el primer ser humano al mando de su tripulación en dar la vuelta
al mundo a bordo de la nao Victoria. Años después, en 1525, embarcó de nuevo,
esta vez en la expedición comandada por García Jofre de Loaysa, rumbo a las
codiciadas Islas Molucas, el paraíso de las especias.
Esta empresa, auspiciada por
el rey Carlos I, no fue solo una aventura marítima, fue una apuesta estratégica
del Imperio español frente a la hegemonía portuguesa en el comercio con
Oriente. El objetivo era claro: consolidar una ruta española hacia las Molucas
navegando hacia el oeste. Loaysa lideraba la expedición, y Elcano, ya con la
gloria en sus espaldas, asumía de nuevo el reto con coraje.
El viaje, largo y lleno de
dificultades, se cobró la vida de muchos, incluido el propio Elcano en pleno
océano Pacífico. Pero el espíritu de aquella expedición sigue vivo, como un
recordatorio de hasta dónde fue capaz de llegar España en la era de los grandes
descubrimientos.
En agradecimiento a su gesta
anterior, aquella en la que dio la vuelta al mundo, Carlos I concedió a Elcano
un escudo con un globo terráqueo y las palabras Primus circumdedisti me
("Fuiste el primero que me dio la vuelta"). Una frase que hoy sigue
emocionando a quienes valoran lo que significa cruzar mares y océanos
inexplorados por primera vez.
Y como las grandes gestas
merecen ser celebradas, la Armada Española ha puesto en marcha diversos actos
conmemorativos en este V Centenario. Entre ellos, un viaje muy simbólico: una
fragata española, la Méndez Núñez, ha visitado las propias Islas Molucas como
tributo a aquella expedición. Es una manera de cerrar el círculo, de rendir
homenaje a aquellos marinos que, con más valor que medios, escribieron una de
las páginas más asombrosas de nuestra historia naval.
Cinco siglos después,
conviene recordar que fuimos los primeros en dar la vuelta al mundo. Que lo
hicimos con inteligencia, coraje y visión. Que Elcano no solo regresó con la
nao Victoria en la primera circunvalación de la tierra, sino que dejó un legado
que hoy inspira a marinos, historiadores y a todos los que aún creemos que los
sueños, con esfuerzo, se pueden conquistar y hacer realidad.
Enlaces de interés. Otros de mis artículos relacionados con este:
Los españoles fuimos los primeros en dar la Vuelta al Mundo
De cómo (y por donde) Elcano dio la vuelta al mundo.
promesa, legado y exvoto de Juan Sebastián Elcano en el Monasterio de la Santa Faz en Alicante
Y este, de El Consistorio Digital, artículo que menciona la singladura de la fragata Méndez Núñez en aquellas aguas del Pacífico: ¿Qué hace la fragata Méndez Núñez en el archipiélago de las Molucas tan lejos de casa?
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