El pasado viernes 26 de junio
por la tarde se celebró en la ciudad de Alicante un emotivo homenaje al marino,
científico, diplomático y espía Jorge Juan y Santacilia con la inauguración de
un busto en su honor, ubicado en la Avenida Almirante Guillén Tato, con el
desfile de alumnos guardiamarinas de la Escuela Naval Militar de la Armada
española. La escultura representa el rostro del ilustre alicantino, considerado
uno de los grandes exponentes de la Ilustración española del siglo XVIII.
A Jorge Juan se le considera el
sabio español. Fue tantas cosas y dio tantos éxitos al servicio de su Rey y de
España en cuestiones de ciencia, espionaje, investigación, astronomía,
construcción naval, diplomacia, …
Jorge Juan nació en la finca El
Fondonet el 5 de enero de 1713, hijo de Bernardo Juan y Canicia y de Violante
Santacilia y Soler de Cornellá, ambos de la nobleza local de Alicante y Elche
respectivamente. Fue bautizado el 9 de enero de ese año en la iglesia de Monforte
del Cid, población que – entonces - pertenecía al término municipal de
Alicante.
Los padres de Jorge Juan tenían
también una casa en la plaza del Mar, cerca del actual ayuntamiento de Alicante
y del puerto. El ambiente portuario, el ir y venir de pasajeros, mercancías y
marinos, los buques en los muelles o fondeados en la bahía, también despertó el
interés de Jorge Juan. No sabía entonces que el mar sería parte de su gran
aventura de la vida.
Desde los tres años se quedó
huérfano de padre y esto lo condicionó todo. En su
testamento su padre designó quien iba a ser su tutor. A temprana edad estudió
en el colegio de los Jesuitas de Alicante con la tutoría de su tío Antonio Juan
que era canónigo de la Colegiata. Posteriormente, otro tío, Cipriano Juan,
Caballero de la Orden de Malta, y Bailío de Caspe, se encargó de su educación y
lo envío a Zaragoza a estudiar gramática española y francesa, enseñanzas
preparatorias para poder realizar estudios superiores. Posteriormente, lo envío
a Malta.
Desembarcaba en La Valeta con
12 años. Imagine su mirada de asombro, de interés, incluso de curiosidad, al
llegar a ese puerto tan concurrido de todo tipo de embarcaciones. Incluidas las
de la Armada de la citada Orden.
Un año después fue nombrado
paje del Gran Maestre, Antonio Manoel Vihena, de la Soberana y Militar Orden
Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, orden religiosa fundada en Jerusalén en el siglo XI (época de las Cruzadas) por comerciantes
amalfitanos. Este Gran Maestre le concedió a los 14 años el Comendador de
Aliaga en Aragón, su primer título, representado en una cruz de ocho puntas que
lucía en la parte derecha de la casaca de su uniforme.
La flota de la Orden de Malta
navegaba por el Mediterráneo protegiendo las rutas comerciales de su ámbito
luchando contra turcos y piratas berberiscos. En una de estas contiendas Jorge
Juan tuvo su bautismo de fuego del que salió ileso. Despertó su ardor guerrero
por lo que cuando regresó a España en 1729 (tenía 16 años) solicitó su ingreso
en la Real Compañía de Guardia Marinas en Cádiz. Ya venía formado en
matemáticas de Malta, sus compañeros de estudios lo llamaban el Euclides
español. Permita un apunte, Euclides (325 a C – 265 a C) fue un matemático
griego al que se le considera el padre de la geometría. Las matemáticas eran
una materia imprescindible en la formación de un guardiamarina del siglo XVIII.
Con 21 años (1734) terminó
los estudios de Guarda Marina habiendo navegado tres años por el Mediterráneo
participando en diversas expediciones contra los piratas, en la conquista de
Orán (1732), … Por cierto, la flota que participó en esta conquista salió de
Alicante, con Blas de Lezo entre los marinos que lideraban esta expedición, que
resultó tan exitosa.
A Jorge Juan se le abría un horizonte infinito para realizar diversas acciones que le dieron fama y fortuna al servicio de España. Tenía toda la vida por delante para emplearla bien y lo hizo de forma excelente dedicando su vida al servicio de la ciencia, la ingeniería naval, la defensa de los intereses de España y la Corona. Jorge Juan fue mucho más que un marino: fue un humanista adelantado a su tiempo. Se le reconoce por haber sido coautor de la medición del meridiano terrestre en el Ecuador, espía en Inglaterra, modernizador de los arsenales navales y de la construcción de buques de la Armada, entre otras proezas.
El acto mencionado fue promovido
conjuntamente por la Fundación Frax, la Autoridad Portuaria de Alicante y la
Comandancia Naval de la capital alicantina, instituciones que han querido
reconocer su extraordinaria aportación al conocimiento, a la Marina Española y
a la diplomacia internacional.
Durante el acto, se han
pronunciado palabras de admiración hacia Jorge Juan. Lo hicieron Matías Pérez
Such, presidente de la Fundación Frax; Juan Bautista Pérez Puig, Vicealmirante Comandante
del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad; y Luís Rodríguez, presidente
de la Autoridad Portuaria de Alicante.
Representantes de las tres
entidades organizadoras han coincidido en definirlo como un “ejemplo de
talento, compromiso y amor por su país”, subrayando su papel como hombre
ilustrado en una época de profundos cambios científicos y políticos.
Este busto de Jorge Juan pasa ya a formar parte del patrimonio urbano de la ciudad de Alicante, sirviendo como símbolo permanente de la memoria y el orgullo por uno de sus hijos más ilustres.
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