Mis primeras ceñidas en un velero las disfruté en el “Pailar” de mi tío Manolo ó en el “Arion” de Rafael. Aquellos recuerdos de mi infancia/adolescencia me han marcado durante años. La roda del barco pinchando las olas en días de Levante. El casco del velero acariciando el mar con viento del Norte en la bahía de Alicante. Jugueteando con el Lebeche. Una gozada que casi se había convertido en un sueño. Porque desde entonces he vuelto a navegar, pero a motor. Hoy me he reencontrado con un velero, con su cubierta de madera, con su alto mástil, con su rueda del timón, con mucho trapo de la mayor, del génova, del spinnaker, para soltar al viento. Claro que es un encuentro que supera todo pronóstico, porque este velero es singular, un centurión de 61 pies.
Hoy ha sido, además del reencuentro navegando con un velero, mi bautismo en una regata. Ha sido una buena elección. Un día soleado, aunque frío, que el fuerte viento y la emoción han calentado pronto. Desde las primeras ceñidas de esta mañana (por ayer domingo 29 de enero), cerca de la boya de la piscifactoría de Campello. Con el velero totalmente escorado por estribor y la emoción alterada hasta el extremo. El velero jugueteando con las olas, cogiendo velocidad. La flota de la regata navega por nuestra popa. Sólo el Tarhun toma la iniciativa y se escapa veloz.
Navegando de través, con viento desigual, son la mayor y el génova las velas que se hinchan orgullosas con el viento. Por un momento el velero se escora por babor. Las aguas cristalinas nos enseñan el fondo marino de la playa de San Juan a unos diez metros más abajo desde la obra viva del casco. Pasamos cerca del faro del Cabo de la Huerta. Hay un momento de sosiego para el almuerzo, mientras el velero navega ligero. Sin descuidar nuestra persecución al Tarhun. Me recuerda la regata entre dos goletas de aquella extraordinaria película titulada “Capitanes Intrépidos”. (1)
Nos acercamos a la boya del Butano. Hemos dado alcance al Tarhun. Vira delante de nosotros. Disputamos su liderazgo. Es nuestro génova quien caza rápido el viento, con la destreza de la tripulación del Peggy. Las velas se tensan y el barco se escora por estribor. Casi puedo tocar el mar desde mi posición mientras hago las fotos.
El casco azulado del Tarhun cada vez está más cerca. Tanto que lo sobrepasamos y nos ponemos por delante. Se defienden, lo que hace más emocionante este duelo deportivo. Hasta que llegamos los primeros a puerto no se relaja la tensión. Hemos ganado, pero lo que hemos ganado de verdad son buenas amistades entre la tripulación del Peggy. Han demostrado ser un verdadero equipo, coordinados por su patrón que, desde la rueda del timón, da sus órdenes precisas para poder llegar a puerto con el entusiasmo y la ilusión de la victoria.
(1) también escrito en este blog:
http://sosegaos.blogspot.com/2009/08/goleta-were-here.html
noticia de la Regata en la web del Real Club de Regatas de Alicante (RCRA): http://www.rcra.es/noticias.php?tipo=vela_crucero¬=392
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