Por caminos de tierra, estrechos senderos, escarpadas laderas, pequeños bosques de encinas y de pinos y altas cumbres. Con mi amigo Enrique, sus hijos y mi hijo Carlos, en una mañana fría y ventosa.
Muy cerca de Torremanzanas, desde el Alto de Benifallim, una pista de tierra nos lleva camino de un vestigio del pasado. Pista que pronto se convierte en sendero, rodeado de arbustos y monte bajo. Unas piedras en forma de cono invertido destacan en el horizonte. El Pou del Rentonar. Construido a principios del siglo XVIII, todavía conserva la cúpula de mampostería que se elevó sobre dos arcos de sillares de piedra de los que aún pueden verse los arranques en las paredes interiores. En este pozo de nieve antaño guardaban la nieve caída en invierno. Con los fríos del día y de las madrugadas esta nieve se convertía en hielo. Llegado el verano este hielo se bajaba en burros a los pueblos del valle para mantener los alimentos. Así, hasta que con la aparición del hielo industrial terminó esta actividad.
Si a nuestros hijos fue una agradable sorpresa del camino, también lo fue para nosotros. Pero no fuimos los únicos que esa mañana llegamos hasta aquí. Un chico en bicicleta de montaña. Unos motoristas con sus motos de moto-cros. Y nosotros, bastón en mano en su caso, caminamos ladera arriba. Por un manto de rocas pulidas por las inclemencias climatológicas. El viento nos empuja, nos tambalea, nos hace dudar de dar un paso hacia delante ó estarnos quietos. Pero seguimos, subimos, hacia la cumbre.
Arriba, desde el punto geodésico y la Cumbre de Dels Plans a 1.330,70 m (snm) la mirada se nos pierde por el horizonte. A vista de pájaro las casas de Alcoy se agolpan unas con otras alrededor de torres con campanario y edificios de varias alturas. La muralla, la torre de Benifallim y casitas diminutas entre estrechas y empinadas calles a la falda de su castillo. A lo lejos, las montañas se amontonan unas junto a otras en un horizonte azulado. El Puig Campana, la Aitana, el Cabeçó d´Or, . . . También el castillo Santa Bárbara de Alicante, el cabo de Santa Pola, las Islas Hormigas, la Manga del Mar Menor, ...
Hace tanto viento que almorzaremos más abajo. Volvemos de nuevo por el sendero (PR-CV nº 232). Otra vez en fila india. Otra vez todos juntos. Recorremos con la mirada el paisaje y vemos, entre laderas, las casas de Torremanzanas. Cerca del sendero, de nuevo el pozo de nieve, de nuevo los recuerdos de la industria del hielo. De nuevo nuestra realidad. Sabemos que volvemos a casa, con la familia, a la vida cotidiana.
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