jueves, 24 de febrero de 2011

después del 23 de febrero de 1981: palabras que vencieron a la conjura de unos pocos


Hace unos años Tejero, Teniente Coronel de la Guardia Civil, interrumpió, pistola en mano, la votación de Leopoldo Calvo Sotelo, el que seria segundo Presidente de la nueva Democracia Española después de la muerte de Franco.

Fueron 18 horas de Golpe de Estado, largas y desesperantes, durante las cuales la voluntad popular, las libertades, los derechos humanos, la dignidad, estuvieron secuestrados.

Palabras manifestadas con contundencia fueron las que nos salvaron de la tiranía, de la imposición por la fuerza. Palabras que mantenían viva la esperanza de una convivencia pacífica en libertad. Palabras como las de S.M. el rey Don Juan Carlos en su mensaje televisado de la madrugada del 24 de febrero: “Al dirigirme a todos los españoles con brevedad y concisión en las circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo, pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he cursado a los Capitanes Generales de las regiones militares, zonas marítimas y regiones aéreas la orden siguiente: Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el palacio del Congreso, y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes del Estado Mayor que tomen las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente.
Cualquier medida de carácter militar que, en su caso, hubiera de tomarse deberá contar con la aprobación de la Junta de Jefes del Estado Mayor. La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum”.

Palabras como las que el rey le manifestó aquél día a Milans para que depusiera su actitud golpista.  Entre otras, aquellas que el rey Don Juan Carlos le comunicaba que “Cualquier golpe de Estado no se puede escudar en el rey, sino que es contra el rey”.

Palabras como las que mencionó ayer Bono, Presidente del Congreso de los Diputados, desde la tribuna de oradores , dirigiéndose a diputados que lo fueron ese día, a todos los españoles, para no olvidar nunca este infame acontecimiento. Transcribo parte de este discurso por su trascendencia: “ ... Hacemos bien reuniéndonos para volver la vista atrás. Y hacerlo “sin ira”. Para, al atardecer de nuestras vidas, compartir recuerdos, emociones, buenos sentimientos. También para echar un pulso al tiempo y al olvido. Para recordar que no es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor. .../... Y en este recuerdo, la figura principal es la del Presidente Adolfo Suárez, tan criticada en los días previos como apreciada hoy. Nos gustaría que estuviese con nosotros para reconocerle la entereza y aplomo en aquellas horas decisivas que le valdrán por siempre el respeto por todos los españoles de bien. Símbolo de las libertades y la democracia que los golpistas intentaron derribar aquí delante, junto al banco azul, sin conseguirlo. Se mantuvo (Gutiérrez Mellado) en pié cuando intentaron humillarle. Como en pie se mantuvo la democracia. Su entereza y valor en aquellas horas decisivas le hicieron acreedor al respeto unánime de los españoles”. .../... Y también el rey que esa noche defendió el orden constitucional. Esa noche el Rey (D. Juan Carlos) creció ante su pueblo. Tenía desde la Constitución la legitimidad jurídica que solo otorga el pueblo soberano; tenía la legitimidad dinástica que le viene por la sangre, pero la legitimidad social, la aceptación generalizada y afectuosa de los españoles la ganó esa noche al ponerse de parte de su pueblo. Esa noche, de hace 30 años, hizo por la democracia - también por la Monarquía - más que todos sus antepasados juntos”.

Palabras de tanto significado, de tanta importancia. Palabras que algunos pocos de uniforme intentaron callar. Palabras que quisieron enmudecer a fuerza de fusiles ó de carros de combate. Palabras que triunfaron sobre la sinrazón y la cobardía, sobre la tortura y la muerte. Palabras que clamaban soberanía, paz y libertad. Palabras que vencieron la conjura de unos pocos.


GALERÍA DE FOTOS DEL ACTO DE AYER EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS: http://www.elpais.com/fotogaleria/Treinta/anos/23/elpgal/20110223elpepunac_1/Zes/8

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