Mañana, 24 de octubre, es el Día Mundial de la lucha contra la Polio. La Poliomielitis es una enfermedad infecciosa, causada por un virus que afecta al sistema nervioso y puede producir en unas horas parálisis irreversible, incluso la muerte. Son los niños y niñas menores de cinco años, de países subdesarrollados con falta de higiene, quienes más riesgo tienen de contagiarse.
La poliomielitis se transmite por contagio entre personas (no hay contagios entre animales) a través de las heces, cuando un alimento ó una bebida está contaminada con ellas. También las moscas pueden transmitir pasivamente esta enfermedad al tener contacto con la heces y los alimentos. Cuando un niño está infectado con poliovirus salvaje, el virus entra al cuerpo por la boca y se multiplica en el intestino. A continuación, se puede propagar rápidamente a través del medio ambiente.
Muchas de las personas infectadas con el virus de la polio, que no tienen signos de la enfermedad, no son conscientes que están infectados. Son portadoras del virus y pueden propagar la infección a miles de personas, antes de que aparezca el primer caso de parálisis de la poliomielitis.
Los síntomas iniciales son fiebre, fatiga, dolor de cabeza, vómitos, rigidez en el cuello y dolor en las extremidades. Una de cada 200 infecciones provoca una parálisis irreversible, generalmente en las piernas. Esto se debe a que el virus invade el sistema circulatorio sanguíneo y daña el sistema nervioso central. Cuando se multiplica, el virus destruye las cédulas nerviosas que activan los músculos. Estos ya no son funcionales, con una parálisis flácida aguda (PFA).
Alrededor del 40 % de las personas que sobreviven a la polio paralítica pueden presentar síntomas adicionales quince ó cuarenta años después de la enfermedad original. Estos síntomas, llamado síndrome post-podio, produce una nueva debilidad muscular progresiva, fatiga severa y dolor en los músculos y en las articulaciones.
No hay cura para la polio después de adquirirla, pero sí tratamiento para paliar los síntomas. El calor y la terapia física estimulan los músculos. Los medicamentos antiespasmódicos consiguen relajar los músculos. Esto puede mejorar la movilidad, aunque no puede revertir la parálisis permanente de la poliomielitis.
La poliomielitis se puede prevenir mediante la vacunación. Una vacuna segura, eficaz, que administrada de forma repetida protege al niño durante toda su vida. Es una enfermedad que puede ser erradicada.
Y lo es gracias a la aportación económica y humana de personas e instituciones. En España la Casa Real ha dado su apoyo a estas iniciativas y, desde el 16 de septiembre de 2004, el Gobierno español se comprometió con la causa de la erradicación de la polio contribuyendo con 13,8 millones de US$, sobre todo para actividades de vigilancia de infección de la Polio en África. Artistas, deportistas, periodistas, … , se solidarizan en esta causa con su apoyo individual y personal. Desde hace décadas la erradicación de esta enfermedad es un objetivo prioritario y causa común de todos los Rotary Club que hay en el mundo. Rotary Internacional canaliza todas sus iniciativas para recaudar fondos con la finalidad de llegar hasta el último niño con todos los medios técnicos y sanitarios necesarios para prevenir la enfermedad, para paliar sus síntomas, para mejorar el porvenir de esos niños y niñas.
Sólo cuatro países (Nigeria, India, Pakistán y Afganistán) siguen teniendo poliomielitis endémica. No hay que bajar la guardia y seguir previniendo la enfermedad, además del control de aquellos países donde se ha erradicado. En este año del 2010 se ve cerca la erradicación total. Las autoridades sanitarias internacionales han puesto fecha: finales del 2012 para el cese de la transmisión del virus de la polio a nivel mundial.
Para más información del Rotary en España visita www.rotaryspain.org/
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