Pocas veces he conseguido relajarme tanto en un barco como esta noche (por hace unos días). Pocas veces. Envuelto entre los colores del atardecer. Pálidos azules, dorados, rojos, amarillos, rosáceos, anaranjados. Con el murmullo de las olas cuando la roda del barco abre la travesía en este tranquilo mar que nos acompaña.
Tumbado en la proa, algunas gotas de las olas vuelan sobre la cubierta. Acarician mis mejillas. Se atreven a crear pinceladas blancas en el aire mientras la tarde se despide para dejar paso al atardecer. Tumbado, veo como la tierra y el mar se mudan de traje. Diminutas luces de la costa se van encendiendo, dando la bienvenida a la noche. Y la luna, en fase de cuarto creciente, en lo alto del cielo, nos sonríe cuando nos acercamos a puerto.
Mientras, oigo en susurros como mi familia manifiesta en la bañera del barco sus buenas impresiones de la tarde. Unas luces pintan de colores el paseo marítimo poco antes de amarrar la embarcación en el muelle.
Fases de la luna: http://www.serviastro.am.ub.es/cast/efemerides/futuro/fases_luna_09.html
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