jueves, 7 de febrero de 2008

Hacer las Américas

Llegamos al puerto de Alicante. Hasta llegar aquí, un largo recorrido. Hace una semana jugaba en la plaza del ayuntamiento de Benifallim. Las campanas de la iglesia nos convocaban a misa. Al salir, un hombre con una mirada nostálgica se acercó a mi padre. Un fuerte abrazo. Lágrimas en sus ojos. Su hermano. Mi tío Juan. Había estado muchos años lejos. Compró un velero y se fue a hacer las américas. Le fue bien. Pero el terruño tira. Deseaba volver. Encontrarse con sus hermanos, con sus amigos de la infancia. Y ha vuelto. Ha vuelto con los suyos.

Benifallim. A la izquierda la torre de su castillo


Nos ha contado multitud de travesías y anécdotas en la mar. Nos invitó a acompañarlo. Mi padre se resistió. No quería cambiar los surcos de su bancal por los borregos de la mar. Al final se ha dejado persuadir y nos hemos embarcado por unos días. Días felices. Días distintos. Días en los que hemos aprendido a pescar al currican. A manejar el aparejo de un velero. A navegar con la mayor. A desplegar el foque. Días en los que hemos visto cómo los delfines que salen en las películas de la tele ahora nadan junto a nosotros. Días en los que navegamos junto al Juan Sebastián el Cano. Días en los que hemos disfrutado de los atardeceres desde alta mar. Luces diminutas a lo lejos. No hay más tierra que este inmenso mar que colorea el cielo.


Frente a nuestra proa, el Juan Sebastián El Cano


El Cano, a babor.

Regresamos. Desde lo lejos divisamos el castillo de Alicante. El nos orienta, nos da la bienvenida. Nos indica la travesía a seguir. En mi pueblo hay otro castillo. Casi en ruinas. Sus murallas escalan la colina. Desde su torre se ven los campos de olivos, de almendros.


Entrando al club de regatas desde el velero

El puerto está muy animado. Hay una regata. Varios veleros se apiñan en el embarcadero. Recogiendo las velas. Las tripulaciones buscan descanso. Entre los veleros, el Bribón, que patronea el rey Juan Carlos. MI tío Juan ha regateado con él. Admiración y respeto. A la historia de España bien le hubiese ido tener reyes como él.


Veleros de regatas y el castillo Santa Bárbara


El Bribón, que patronea nuestro rey Juan Carlos
Volvemos a nuestra tierra. La tierra donde nacieron mis padres, mis abuelos. La tierra que me ha visto crecer. Y mi tío vuelve a su mar, a cabalgar sobre las olas, a escuchar los cantos de sirenas en las largas noches de calma.

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