Visitamos el barrio de San Antón, ese que nació extramuros de las
murallas a la falda del castillo Santa Bárbara. Un barrio lleno de vicisitudes
que ha mejorado mucho desde que hace tiempo la marginación de unos pocos y la delincuencia de otros tomó sus calles como propias. El desarrollo urbanístico les dio otra
oportunidad, que aprovecharon después de la apertura de la avenida del rey Jaime II y
la construcción de edificios de nueva planta en todo su contorno, respetando
las viejas construcciones de sus principales calles y esa sensación de pueblo
dentro de la ciudad de Alicante. De calles largas y estrechas, algunas plazas
escalonadas y fachadas de otro siglo, el barrio mantiene su personalidad en
pleno siglo XXI.
El barrio celebró recientemente el Porrate de San
Antón. El pasado viernes 17 de enero, día de San Antonio
Abad, protector de los animales, se paseó el santo por las calles del barrio
con asistencia de Luís Barcala, Alcalde la ciudad, hasta llegar a la plaza de
la Pipa desde donde se lanzó un castillo de fuegos artificiales por la
Pirotecnia Hermanos Sirvent. En los días de esta celebración hay otras actividades como concurso de
paellas, competiciones deportivas de baloncesto ó petanca, conciertos,... Y en domingo el santo va en andas a hombros de algunos vecinos por las calles del barrio a la
plaza de Toros, luego hay una exhibición ecuestre y después el párroco de la
Misericordia hace la bendición de animales.
En todo “pueblo” tiene que haber un buen restaurante. Y lo encontramos
en “La Marmita Alicantina", coincidiendo con vecinos que han estado hoy en la plaza
de Toros en la exhibición ecuestre.
Este restaurante es la planta baja de una de las casas de la calle Díaz
Moreu, en su número 49. Bajo arcos de medio punto y en las mesas los manteles blanco y azul, colores de la bandera de Alicante, Fernando Sepulcre
recibe a sus comensales con su peculiar chaqueta y su sonrisa característica
bajo una espesa barba de guerrero medieval ahora que están otra vez de moda las
hazañas del Cid Campeador gracias al buen hacer del escritor Arturo Pérez
Reverte con su novela “Sidi” que les recomiendo. Fernando de guerrear sabe un
rato. Desde su cargo de Concejal del Ayuntamiento y de Diputado en la
Diputación Provincial de Alicante a este restaurante de cocina alicantina desde
donde reivindica el uso de productos autóctonos y el rescate de recetas casi olvidadas
por muchos. Es una verdadera sorpresa para el paladar, digna de reconocimiento
y aplauso.
Un festival de sabores de la provincia son las viandas que hoy
disfrutamos en esta casa de la buena cocina. “Pericana de San Antón, ensalada
de capellanes y mollitas de la típica coca alicantina, gulas con espaguetti
negro y gambas, alcachofas con queso y una pizca de miel, gran bao de secreto y
pollo, así como olleta de blat (trigo)” a petición propia ya que no la sirven los domingos. Todo acompañado con vino tinto de Monovar y
Moscatel de la tierra. Con estos estupendos manjares no puede faltar el postre
y elegimos uno en la carta que nos llama la atención desde el primer momento:
“torrija de vino con helado de fondillón”, una receta propia con la que están
experimentando con sus comensales y nosotros nos dejamos impresionar.
Estos muros nos volverán a acoger en otra ocasión porque volveremos a
dejarnos aconsejar por Fernando y la buena cocina de este restaurante de autor.
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