lunes, 29 de julio de 2019

encaje de bolillos



Ahora resulta que a nadie, salvo a Ciudadanos, le interesa la repetición de elecciones generales.  El PSOE estaba cómodo con esta alternativa al bloqueo político actual porque las encuestas vaticinan un aumento de escaños aunque sin llegar a la mayoría absoluta, con el descalabro de Unidas Podemos y con la incertidumbre de con quien negociar la investidura de Pedro Sánchez después de esa repetición electoral. Y con un dato alarmante en el que coinciden todas las encuestas: el hartazgo de la sociedad española con la clase política y la seguridad de haber un alto porcentaje de abstención de repetir las elecciones. Ante esa incertidumbre, "madrecita que me quede como estoy" piensan algunos políticos, no fuercen la situación para salir peor parados. Solo hay un perdedor si esas elecciones no se repiten: Cs y con él, el desgaste de dimisiones internas que están teniendo por derechizar su partido y no facilitar un gobierno del PSOE sin ataduras populistas e independentistas.

Ante esto el bloqueo sigue con desaciertos en declaraciones y negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos. Y todo porque Iglesias quiere ser ministro. Aunque parece que no será en esta ocasión. Después de convocar a sus bases en plena negociación para votar entre un gobierno de coalición con el PSOE ó uno de cooperación, el 75 % votó por la primera opción, aunque fueron sólo el 50 % de los afiliados de UP. Un fracaso de Iglesias que ve que su liderazgo en su partido está cada vez más devaluado.

El viernes, la portavoz del Consejo de Ministros, en funciones, dijo que no puede haber acuerdo entre PSOE y UP mientras Iglesias quiera ser ministro.  O vicepresidente o lo que se le ocurra en el próximo Gobierno. E Iglesias ha movido ficha y le devuelve la pelota a Sánchez. Renuncia a ser ministro, vaya por Dios. No quiere ser un escollo a que haya un gobierno de coalición de izquierdas en España. Prefiere que lo sea su mujer. No me digan que no suena a chiste. Y no sólo eso, ya dice cuántos y qué ministerios quiere. No se puede ser más presuntuoso.

Ahora le toca al PSOE mover ficha, parece esto un juego de ajedrez. Iglesias quiere para UP los ministerios de Hacienda, Trabajo, Cultura y Vivienda u otro donde las decisiones sean políticas sociales. Casi nada. Incluso propone a políticos y técnicos de relieve de UP.  Tres meses negociando Sánchez lo que no va a hacer, para terminar haciéndolo. Si Arrimadas tendrá razón cuando dice que "esta negociación es el culebrón del sillón del verano".  Lo importante no es negociar programa sino quienes van a ser nombrados ministros.

Y siguen. Iglesias renuncia a ser ministro siempre que el PSOE o Sánchez no veten a ninguno de los candidatos que él proponga. Y desde el PSOE se dice por activa y por pasiva que los miembros del Gobierno lo elige su Presidente. Es lógico. Tiene que elegir a su equipo, con quien haya empatía y confianza entre ellos. De lo contrario habrá dos gobiernos en uno sin unidad de criterio y eso es precisamente lo que Sánchez quiere evitar desde el principio.

Hasta la próxima votación de investidura tenemos culebrón para rato. Con un final feliz, aunque depende para quién. Y con un encaje de bolillos magistral para que haya acuerdo y nos vayamos de vacaciones de verano con la elección del nuevo gobierno de España.  Eso sí, según parece, elegido por populistas, independentistas y nacionalistas, además de los socialistas.  Que Dios reparta suerte y gobiernen para el interés general y desde el sentido común. Que así sea.



Este artículo se ha publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press el 21 de julio de 2019

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