En este Otoño del 2011 raro y sereno, donde aún manda el calor, y la lluvia y el frío aguardan su oportunidad y su momento, pienso en su significado etimológico. La palabra otoño viene del latín: autummus y esta de la composición de: autus y annus (año). Auctus es participio pasado de Augeo que procede la palabra griega Auxo (Aumentar). Por tanto, el significado de Otoño es “que llega la plenitud del año”, quizá porque los árboles y plantas están al final de su ciclo.
Y es en otoño cuando el paisaje se dora con el colorear de las hojas de los árboles en sus ramas ó en el suelo al caer de estas. Que sabia es la naturaleza, que todos los años muda su ropa, se desprende de lo caduco, para rejuvenecer en primavera.
Cruje la tierra bajo mis pies en estos campos de Castilla que visitamos con unos amigos. Esta tierra removida que se abre camino entre la maleza. Esta tierra amiga que también muda de color aquí cerca y allí a lo lejos.
Esta tierra que nos lleva a un bosquecillo dorado entre los campos arados. Bajo sus copas, lágrimas de oro caen al suelo. Bajo sus hojas, un sendero dorado entre las sombras de los troncos. Los niños corretean. Los adultos cuchicheamos. Aquí el paisaje invita al recogimiento, a la palabra desnuda y queda, a la reflexión, al sosiego.
Por un momento los niños callan, sus padres (nosotros) también. El silencio es tanto que sobrecoge. Sólo el ruido de un tractor que araña la tierra con su arado nos hace volver a la realidad. No estamos solos, ni solos queremos estar. Siempre los más jóvenes llenan el día con sus inquietudes, con sus manifestaciones, con sus travesuras. Siempre los amigos enaltecen la compañía. Siempre la familia reconforta.
Dejamos los campos de vuelta a casa, pero no se desprende de mi memoria esos campos extensos y largos hasta donde alcanza la vista, ese mar de surcos, esas pequeñas ondulaciones de sus lomas, ese manto dorado de otoño de sus bosques. Aunque volvamos a la ciudad, aunque nos encontremos de nuevo con los problemas cotidianos. No pierdo la sonrisa al recordar el amarillo, el ocre, el marrón, el dorado y lo que hemos vivido bajo su sombra y en su vera. .
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