Por las calles, por las plazas, por las carreteras, correteaban niños hambrientos, casi desnudos, sin hogar. Jugaban con chapas, al escondite, al pilla pilla, a lo que se les ocurría para matar el tiempo. Eran niños sin futuro, necesitados de cariño y de las ayudas básicas para desarrollarse en una infancia digna, en aquella España de 1957. Habían pasado 18 años desde que terminó la guerra civil española, pero las penurias seguían siendo muchas, mucho era el hambre, mucho el paro y la marginación social. Más para un colectivo de desheredados como estos niños a los que les hacía falta de todo. Esta realidad sensibilizó al jesuita Francisco Javier Fontova y buscó remedio para que esos niños recuperasen la dignidad como personas, la ilusión como niños. Creó lo que inicialmente llamó la Ciudad de los Muchachos.
Se preocupó de sus manutención, su cobijo, con grandes dotes de comprensión y de cariño. El 17 de septiembre de 1957 acogió a 32 niños en los bajos de la Congregación Mariana de los Jesuitas de Alicante. Entonces sólo hizo falta dar alojamiento a dos de estos niños, los demás eran externos. Sus preocupaciones, sus necesidades, las hizo suyas. Su mayor preocupación en aquel momento era darles de comer. Así lo expresó en un programa de radio de aquella época:
“El primer día que en la Congregación abrimos el comedor debía alimentar cien bocas todos los días y comenzaba con un saldo deudor que había que pagar al día siguiente. Ante tal perspectiva mi ánimo desfallecía un tanto, sobre todo cuando por todo Alicante corría la voz de que el P. Fontova era el quijote de Alicante. Dios me dio la certeza. Aquella misma noche, sin que nadie más supiera de mis apuros, me dio la cantidad que necesitaba”.
También le preocupaba la formación de estos niños con problemas familiares y económicos. Inicialmente recurrió a la sección de las Madres Católicas de la Congregación Mariana. Fueron los inicios de lo que hoy conocemos como Colegio Nazaret. Muchos niños y niñas guardaron sus miedos y sus sinsabores entre estos muros para incorporarse, después, a la sociedad mejor formados y con más oportunidades. Para muchos niños y niñas fue como su casa. El 16 de septiembre de 1968 este centro fue trasladado a unos inmuebles situados en el Polígono de San Blas. Entre los años 1977-1979 vivieron en régimen de internado 190 niños de las edades entre 5 y 17 años, al cuidado de cuatro educadores. En 1979 se acondiciona por primera vez un piso independiente en Juan XXIII para mayores de 16 años. En los años 1980-81 lo que era un internado masificado se convierte en diversos hogares situados en diferentes lugares a modo de residencias para menores. Se busca la integración social en la sociedad de esos niños y adolescentes. Algunos de estos pisos están junto al Colegio, otros integrados en la vecindad de algunos barrios de la ciudad. Todo esto desemboca en el Centro de Vida que hoy lo componen seis Residencias de acogida ubicados en tres barrios de Alicante, seis pisos con 37 menores de 3 a 18 años y un piso puente que para 3 jóvenes de 18 a 23 años, todos ellos atendidos por cuarenta profesionales.
Estos niños están protegidos por la Administración Pública por motivos familiares y/ó sociales que les impide vivir en su contexto natural. Se les escolariza, se les alimenta, se cuida de su salud, para volver con sus familias ó para quedarse en los pisos puente y su posterior reinserción social ó para ser atendidos por el Acogimiento Familiar.
Lo que el Padre Fontova inició con su dedicación y su esfuerzo al cuidado de estos niños y niñas, se ha convertido en un proyecto de Compensación en Primaria y Secundaria para atender a menores con necesidades educativas y en situación de riesgo social. El Colegio Nazaret es una Entidad de Acción Social para el menor y para la familia, de uso público y de gestión privada, con amplia experiencia en la ciudad de Alicante. Una entidad que lleva 53 años educando, preocupados por el bienestar de estos niños, de estos adolescentes, convencidos de su reinserción social.
De esta institución, de sus proyectos, de sus necesidades, nos acordamos todos los años desde el Rotary Club Alicante Puerto y colaboramos para que nuestra aportación contribuya a que sea la palabra y no el insulto, la risa y no el llanto, la que prevalezca entre estos muchachos, como los llamaba el Padre Fontova, cuando se integren en la sociedad.
Fuentes: Fundación Nazaret
Colegio Nazaret http://www.nazaretalicante.es/centro_dia.htm
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