Parecía que iba ser una tarde como cualquier otra. Después del colegio correrían calle arriba para el ensayo en la Iglesia de Santiago. Un grupo de amigos formaban parte de su coro. El Aleluya, el Agnus Dei, el Te Deum, nacería de estas voces angelicales. Sus cánticos escalarían por las columnas de la nave de la iglesia, escaparían por las vidrieras y dibujarían el cielo con sus acordes musicales. Estos niños lorquinos dejarían correr el tiempo por sus gargantas mientras cantaban canciones religiosas. Hubiera ocurrido así, como en otras tardes, si no lo hubiese interrumpido la tierra. En un instante, en un suspiro, sin aviso previo, la tierra tembló. Hubo un terremoto durante la tarde del pasado 11 de mayo. Algunas feligresas que rezaban sentadas en sus bancos se levantaron alteradas. De la calle entraba un murmullo de la gente que se estaba agolpando en las aceras. D. Eduardo Sánchez, párroco de la Iglesia de Santiago, manifestó a sus alumnos que no se preocuparan y que siguiesen cantando. Y es lo que hicieron. Pero a D. Eduardo le pasó por la cabeza que podía haber una réplica y les dijo a los niños que continuarían la lección de canto al aire libre. Fue una acertada decisión. El techo de la iglesia de Santiago, a la altura del altar, se quebró, no soportó el segundo terremoto y cayó estrepitosamente contra el suelo. Una hora antes allí cantaban los niños del coro. La decisión de D. Eduardo Sánchez les salvó la vida. Una vida que para muchos se les ha llenado de incertidumbres.
El primer terremoto fue a las 17,15 h. El segundo, alrededor de las 19 h, fue mucho más intenso, más superficial, más devastador. Derrumbó campanarios, iglesias, marquesinas y algunos edificios. Agrietó fachadas, tambaleó altas torres, dejó sin hogar a muchos lorquinos. Segó la vida de varias personas.
Todas las Administraciones Públicas del Reino de España, entre ellas la del Gobierno Central, de la Comunidad Autónoma de Murcia, del Ayuntamiento de Lorca, junto con el ejército de intervención rápida, se movilizaron con rapidez para solucionar los tantísimos problemas generados por el terremoto. Lo peor, las personas que lo han perdido todo, las que se han quedado sin un futuro inmediato, los que ven lejano resolver sus problemas. Ante tanta desolación, los rotarios de la Región de Murcia han decidido movilizarse en beneficio de los más necesitados de Lorca. Todos a una, como si se tratara de un sólo Club, todos unidos por una causa solidaria. Incluso canalizando ayudas de otros Clubes Rotarios del resto de España. Porque Todos Somos Lorca. Encabezados por personas con nombre propio como D. José Vidal, Presidente 2010-2011 del RC Murcia, D. Antonio Navarro, ADG Zona 6 Distrito 2203, del RC Murcia ó D. Juan Antonio García, Presidente Comité Distrital y Servicio al Club 2010-2011, del RC Cartagena Teatro Romano, quienes representan todas estas iniciativas en colaboración con vecinos de Lorca que, en su día, tuvieron responsabilidades rotarias en esa localidad.
Muchos son los perjudicados por este terremoto. Para muestra unos datos dados por el Consorcio de Compensación de Siniestros: a primeros de junio había recibido 20.894 solicitudes de indemnización. De estas, 347 ya estaban peritadas y concluida la tramitación, habiendo abonado a los asegurados 1.079.965,86.- eu. De estos corresponden 955.002,25.-€ a inmuebles, 63.480,77.- € a comercios y 61.482,84.- € a vehículos. Con estos primeros datos se estima que la Indemnización total de los daños serán mucho mayores, teniendo que derribar otros edificios, reformar pisos y comercios. Reanudar una vida rota para empezar de nuevo. Porque los lorquinos son un pueblo emprendedor que saldrá adelante con la ayuda de todos.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en la revista España Rotaria Julio-Agosto 2011
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