Mira, me está mirando, gritó una mujer al paso del Cristo de
la caída de la Pontificia, Real, Ilustre, Venerable y Salesiana Hermandad Sacramental de la Santa Cena. La fe mueve montañas, ya sabe. Lo
cierto y verdad que emociona ver la expresión de Jesús en ese momento poco
antes de ser crucificado para salvar al mundo. Parece que está vivo, decía esa
mujer. Y lo está en nuestros corazones.
Ayer la ciudad de Alicante vivió una de las celebraciones más
emotivas de la Semana Santa con la Noche de Jueves Santo, un evento que une
tradición, fervor y devoción. Las calles del centro de la ciudad se llenaron de
procesiones. Nosotros seguimos a la de "La Santa Cena", del “Perdón” y del “Cristo
de la buena muerte” que recorrió diversos puntos emblemáticos de Alicante,
acompañada de miles de fieles que se unieron en un acto solemne y vibrante.
La Hermandad Penitencial del Perdón caminó por la calle Labradores a oscuras sólo iluminando sus pasos por sus antorchas. Esto junto al sonido de sus tambores y sus rezos, sobrecoge, La conversación de Jesus con los otros dos crucificados se hace presente al verlos tan cerca con tanto realismo. La Virgen llora emocionada, no era para menos. Lloramos con ella.
Acompañamos en silencio al Cristo de la buena muerte desde la Concatedral de San Nicolás por las calles estrechas y oscuras de Alicante en un emotivo camino de encuentro con Jesus. Este Cristo es muy venerado por los alicantinos. Forma la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de las Angustias.
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