lunes, 27 de mayo de 2024

La otra Villajoyosa

 


Acostumbrados a tener de Villajoyosa la imagen de su barrio de pescadores con sus casas de colores frente al mar, sus playas, astillero y puerto deportivo, nos olvidamos de que esta población tiene mucho que contar tierra adentro. Porque como dice Marichel López Catalá, anfitriona en esta visita de la Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo, Villajoyosa es la gran desconocida. Por muchos motivos, además porque es más importante por lo que esconde que por lo que enseña, ya verá por qué.


Le invito a que me siga y disfrute de tantas sorpresas que Marichel nos tiene preparadas, después de un goloso desayuno invitados por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Villajoyosa.




Iniciamos la visita, dirigidos por la guía turística Malena García, en la casa museo La Barbera dels Aragonés, una casa de campo del siglo XVII que sus propietarios originales convirtieron en palacete cuando cambiaron de residencia de la fachada marítima al interior. Esta familia vino a Villajoyosa con el reparto de tierras después de la Reconquista y aquí se quedaron disfrutando en la Corte de cargos políticos y destinos militares. Juan Aragonés, caballero templario, acudió a Villajoyosa con el rey Jaime I en el siglo XIII, por esto en el escudo de armas de esta familia se representa la Cruz del Temple. El legado que dejaron en Villajoyosa tiene un gran valor histórico y social. Buena parte de las fotografías más antiguas que se muestran en las paredes de esta finca son de sus últimos propietarios, contemporáneos de la reina Victoria del Reino Unido y de Isabel II de España. Mucho de su mobiliario, vajilla, adornos y recuerdos que allí se exponen son de esa época. Al contemplarlos, nos trasladamos a momentos concretos de la historia de España y a como vivía esta familia en este entorno rural no exenta de lujos reservados para unos pocos. Desde 1992 este inmueble y sus jardines son propiedad del Ayuntamiento de Villajoyosa.




En la calle Colón, arteria principal de la localidad donde se construyeron los edificios civiles más emblemáticos a principios del siglo XX, desde la pandemia está peatonalizada. Visitamos el Vila Museo, inmueble donado a la ciudad por el Doctor Esquerdo. En su interior hay muchas sorpresas. Alberga los tesoros de Villajoyosa. Uno de ellos especialmente. Nos enseñan el laboratorio donde actualmente guardan 250 ánforas, algunas de las que se encontraron en el pecio del Bou Ferrer de un barco romano hundido de la época de Nerón, nada menos. La sorpresa es tal que quedamos impresionados por un instante. Unos exclamaron de admiración. Otros callamos ante el asombro. Imagine esas ánforas cargadas de salsa de pescado fermentado por especias durmiendo durante siglos a más de 30 metros de profundidad esperando que alguien las descubriera y recuperaran todo su esplendor. Vimos cómo las ánforas se limpian del salitre en unas balsas con agua dulce durante dos años y medio. A su vez, guardan en un congelador - con esmerado cariño - parte de la quilla de madera del barco romano. Este museo tiene muchos otros tesoros, pero este de las ánforas romanas es sin duda es el que más nos llamó la atención. Tenga en cuenta que el pecio sigue intacto bajo el agua y que, con permiso y acompañado de buceadores profesionales, se puede visitar in situ a casi 30 metros de profundidad y a una milla de la costa.





 La visita al museo nos invita a volver y seguir disfrutando de él y de todo lo que tiene que ver con el desembarco de piratas berberiscos ocurrido en 1538 liderados por Zalé-Arraéz con intención de saquear y arrasar la población, que fue frustrado por las fuerzas cristianas el día de Santa Marta, y que se rememora cada año en las fiestas de moros y cristianos del 24 al 31 de julio. En la actualidad este desembarco es un espectáculo extraordinario digno de mención.


Caminando por la calle Colón paramos en la Oficina de Turismo, antiguo chalet de Centella, construido a principios del siglo XX por Juan Vidal, el afamado arquitecto alicantino. Frente a él está la cafetería El Buen Gusto donde disfrutamos de un Nardo, bebida típica local para disfrutar sobre todo durante las fiestas de moros y cristianos.




¿Sabe de dónde le viene el nombre? Unos vileros fueron al Teatro Principal de Alicante para ver a Celia Gámez y la representación de la zarzuela Por la calle de Alcalá. En uno de sus actos se canta “nardos caballeros …”. Al volver a la Vila se fueron al Café Mercantil y allí tararearon varias partes de esa zarzuela. Entre risas y anécdotas bebieron café granizado y lo mezclaron con absenta. Ojo, está bueno, aunque tiene una alta graduación. Y entre chanza y chanza nació esta bebida popular con el nombre de nardo. Aquí tiene su origen, lo canta Celia Gámez: Los nardos (youtube.com) Esta bebida fue originaria del Café Mercantil pero actualmente se sirve “en secreto” en otras cafeterías de esta población.




Cuando caminamos por la calle Colón pisamos el suelo de lo que fue un campamento militar romano para 500 hombres (83-72 a. C). No se ve, pero se sabe que está debajo. Una placa metálica anclada en el suelo lo corrobora. El campamento ocupaba el espacio entre las calles Colón, Pizarro y Juan Tonda. Más hacia el río están las termas romanas, todavía en proceso de excavación arqueológica. Y se estima que el foro romano está debajo de lo que es hoy la plaza de la Generalitat Valenciana. Ahí es nada, quedan muchos años de investigación y excavaciones arqueológicas para rescatar del olvido vestigios del pasado.


A principios del siglo XX Villajoyosa construyó edificios modernos emblemáticos como el auditorio, la sede de la policía local, el mercado de abastos, …. Nos detenemos en este último.  Hay puestos que además de vender sus productos, puedes degustarlos, y eso hacemos con hueva y mojama típicos de esta tierra. Después, en el restaurante Drago comemos viandas propias de esta localidad y catamos vinos de Mas de Sella, broche de oro para este día ya inolvidable.

 


Este artículo fue publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico El Consistorio Digital con el título "Villajoyosa, descubriendo su tesoro oculto más allá del mar" el 13 de mayo de 2024.

Un día inolvidable en Villarroya de la Sierra

 


Nos vamos de celebración a Villarroya de la Sierra. Para que se sitúe, es un pueblecito de Aragón, muy cerca de Calatayud. Tenemos motivos. Vamos compañeros de trabajo, unos porque se prejubilan, otros porque celebramos su alegría y tantos años de experiencia laboral juntos.


¿Por qué Villarroya de la Sierra? Porque es el pueblo natal de Joaquín, nuestro anfitrión, y uno de los que emprende ese nuevo destino de la prejubilación.


¿Qué es eso que nos moviliza y nos hace ir tan lejos? En una sociedad tan falta de valores, a nosotros el valor del compañerismo en el entorno laboral cobra vida a través de extraordinarias experiencias como esta que trascienden las fronteras del trabajo.  Con la reunión de todos nosotros fortalecemos nuestros lazos de amistad y de colaboración. Con este encuentro compartimos una experiencia inolvidable. Ya sabemos que volveremos el año que viene a seguir descubriendo rincones de esta población, a disfrutar de nuestro compañerismo inquebrantable. 



La visita a esta población se inició caminando por sus calles, por la plaza del Ayuntamiento, por la avenida Virgen de la Sierra, pasando después por el arco ojival de una de las cinco puertas de tuvo su muralla que daba entrada o salida a la población. Extramuros, las ruinas de un castillo y la Torre del Rey (s. XIII) totalmente restaurada da pie a imaginar la importancia de esta fortaleza. También hubo un torreón de la Reina, que aquí no se privan de nada.




Nos esperaban en la Bodega Virgen de la Sierra. Mario, su sumiller, nos muestra donde elaboran los vinos y nos cuenta su secreto para que sean exportados por medio mundo teniendo clientes por Europa, EEUU, Canadá, … Después de una cata de sus vinos nos cautiva su aroma y su sabor. Algunos ya están en casa en nuestra bodega particular, como el blanco Albada (macabeo 2023) o el tinto Cruz de Piedra (garnacha 2021, edición especial).  En este ambiente de camaradería, los lazos de amistad se entrelazaron con el deleite de descubrir los secretos vinícolas de la región.





Poco más tarde, recogíamos de la Panadería López, S.A. el plato principal de la comida de ese día no sin antes probar sus típicos hojaldres recién hechos, famosos en la comarca. Nos llevaríamos a casa un buen surtido. En su horno de leña asaron un cordero de esos que se recuerdan toda la vida por su sabor. Este festín gastronómico lo disfrutamos en la finca de Joaquín, muy cerca del pueblo. Este momento no sólo fue para disfrutar de la buena comida, sino también para rememorar anécdotas que resaltan el gran trabajo en equipo que hemos compartido a lo largo de los años.




Esta convivencia demuestra cómo el compañerismo puede ir más allá del ámbito laboral, fortaleciendo la amistad y creando recuerdos inolvidables. La colaboración y el apoyo mutuo entre compañeros se convierten en pilares fundamentales para construir relaciones sólidas que perduran en el tiempo.


Este artículo fue publicado con anterioridad en mi columna de opinión de El Consistorio Digital con el título " Compañerismo y amistad en Villarroya de la Sierra. Un encuentro inolvidable" el 5 de mayo de 2024.

Liderazgo en tiempos difíciles

 


Todo hacía pensar que teníamos por delante unas horas especiales y emotivas fruto del resultado de una gran experiencia. Despedíamos a unos compañeros de trabajo porque se prejubilaban. Habían tomado esa decisión y estaban encantados. Sólo bastaba ver sus gestos, sus miradas, su emoción y alguna lágrima deslizarse por sus mejillas.


Por empatía, estaba emocionado porque ellos lo estaban. Tenían motivos. Una vida dedicada al trabajo y bienestar de sus clientes merecía una recompensa. Por su personalidad, por su bagaje personal, por sus maneras, han hecho más fácil la tarea cotidiana y un equipo sólido de trabajo. Para esto hay que tener ganas de emprender un compañerismo que mueva montañas y consiga alcanzar grandes éxitos.


Durante su vida laboral compartida con nosotros han demostrado liderazgo, lealtad y hacer equipo. Estos valores en el entorno laboral son pilares fundamentales que contribuyen al éxito de cualquier empresa. La reciente prejubilación de nuestros queridos compañeros de trabajo nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de estos valores.


El trabajo en equipo no solo implica la colaboración entre colegas, sino también la sinergia de habilidades y conocimientos para alcanzar metas comunes. La lealtad, por su parte, fomenta un ambiente de confianza y compromiso mutuo, fortaleciendo los lazos entre los miembros del equipo. Asimismo, el liderazgo efectivo no solo radica en la capacidad de tomar decisiones, sino también en inspirar a otros y motivar el crecimiento personal y profesional.


Estos valores no solo han sido ejemplificados por nuestros compañeros que se prejubilan, sino que han dejado una huella entre nosotros. Sus logros y contribuciones son un testimonio vivo de cómo el trabajo en equipo, la lealtad y el liderazgo son fundamentales para alcanzar el éxito.


A medida que despedimos a estos miembros de nuestro equipo, recordemos sus enseñanzas y sigamos cultivando estos valores en nuestro trabajo diario. El legado que dejan nos inspira a continuar fortaleciendo nuestro espíritu de equipo, fomentando la lealtad mutua y ejerciendo un liderazgo ejemplar.


Permita que insista en la lealtad, este valor tan denostado en nuestra sociedad. Es un valor fundamental en cualquier entorno, especialmente en el ámbito laboral. En el contexto de un equipo de trabajo, la lealtad implica compromiso, confianza y apoyo mutuo entre los miembros. Cuando los individuos son leales a la empresa y a sus colegas, se crea un ambiente de colaboración sólido y duradero.


La lealtad también se manifiesta en la disposición de los empleados para defender los intereses de la empresa y trabajar en pro de sus objetivos, incluso en momentos de dificultad. Esta actitud fortalece la cohesión del equipo y promueve un sentido de pertenencia que trasciende lo meramente laboral.


Además, la lealtad contribuye a construir relaciones sólidas entre colegas, basadas en la confianza mutua y el apoyo incondicional. Estas conexiones personales fortalecen el tejido social dentro de la empresa y fomentan un ambiente laboral positivo.


En resumen, la lealtad es un pilar fundamental para el éxito de cualquier equipo de trabajo. Su presencia promueve la estabilidad, la confianza y el compromiso, creando las bases para un entorno laboral saludable y productivo.


Nuestros compañeros ya marchan a un destino nuevo, seguro lleno de sorpresas. Es otra situación en un entorno más familiar que laboral que tendrán que gestionar, pero con la bolsa llena de nuevos proyectos. Podrán hacer cosas que siempre vamos aplazando por falta de tiempo, ahora lo tienen todo a su disposición. Buena proa, como dicen los marineros cuando emprenden una nueva travesía.

 

Este artículo fue publicado con anterioridad en mi columna de opinión de El Consistorio Digital con el título "El legado de nuestros compañeros prejubilados" el 1 de mayo de 2024

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